¿A mayor educación escolarizada en la sociedad, mayor y efectivo ejercicio democrático en el país?

Por Arévalo Benito Muriel Guadalupe Covadonga

Recuerdo muy bien desde que cursaba la licenciatura periodo 2000-2004, nos reiteraban los profesores que el sistema educativo era muy importante para determinar el desarrollo de un país; hacían énfasis en éste y por supuesto, sigo pensando que esta es la mejor vía para elevar los estándares de calidad de vida de la sociedad, no obstante observo a nuestro país en un estancamiento de décadas respecto a sí mismo y de siglos en comparación con otro países desarrollados: empezando por el poco acceso que la gran mayoría tiene a este derecho, entendido como aquéllas “aspiraciones , ideales o reivindicaciones de una sociedad o grupo social…incorporados al orden jurídico a través de normas” (Salazar, 2016) y seguido por el hecho de que, las personas, aunque estén asistiendo a instrucción escolarizada, este factor no garantiza éxito en su calidad de vida: profesionistas altamente calificados en situación de desempleo o bien, laborando en un área distinta con respecto a sus estudios profesionales. A lo anterior, agrego que los conocimientos y aprendizajes apenas empiezan a ser significativos en la ciertos grupos de la población e impera el analfabetismo funcional en un amplio rango de la misma.

Ahora bien, no puedo decir que todo el panorama es negativo, pero sí que la educación en México se encuentra terriblemente polarizada: por una parte escuelas públicas, colegios, institutos y universidades verdaderamente bien equipadas, organizadas y actualizadas en sus insumos tecnológicos y de capacitación al personal docente, administrativo y directivo, pero por otro lado otras instituciones educativas en condiciones deplorables y arcaicas.

Las exigencias actuales del sistema educativo tan criticado por los cambios de la Reforma actual está empezando a regular y a constatar con supervisiones legales y oficiales desde hace aproximadamente cuatro años, con normativa educativa en mano; que en los programas educativos de las distintas secciones comprendidas desde preescolar hasta doctorado, los docentes se encuentren acreditados por lo menos en instrucción superior (para dar clase a educación básica) y un grado por encima del nivel impartido (al nivel medio superior y superior desde licenciatura hasta doctorado) con el fin de incrementar la calidad educativa. Por supuesto esto es una medida que puede empezar a elevar la calidad de la educación escolarizada de nuestro país, más aún considero esta no es la solución, pues en la medida que sigamos copiando programas de otros países en lugar de hacer una seria inversión de evaluación para detectar las necesidades reales de nuestro contexto, seguiremos estancados en la misma historia.

La normativa legislativa a nivel local en el estado de Guanajuato está regulada, por no decir manipulada, por un sector muy pequeño: ingenieros o contadores públicos a cargo de la Secretaría de Educación que tienen poca idea de la pedagogía, aplicando las normativas a su conveniencia sin manifestar una idea clara en sus objetivos, sumado a exigencias que escapan de toda lógica donde están estrangulando a las escuelas particulares que imparten las licenciaturas en educación básica y normal superior, orillándolas a cerrar sus programas curriculares. Docentes egresadas de esta carreras que no pueden impartir clase al menos que reúnan ciertos requerimientos otorgados por el sistema oficial, pero por otro lado, profesionistas de otras áreas como contadores, nutriólogos, psicólogos, ingenieros, analistas informáticos, etc., que de acuerdo a la normativa del sistema educativo de la DGESPE en Guanajuato, derivado de instancias federales, reúnen el perfil para impartir docencia a nivel básico (porque tienen estudios superiores) pero que carecen de la metodología pedagógica para impartir clase a los pequeños de estas edades, cayendo entonces en un uróboro educativo.

¿Las operaciones del Banco Mundial, qué relación e intereses con el derecho a la educación? El Banco Mundial es una organización única de asistencia financiera y técnica para los países en desarrollo, que persigue reducir la pobreza y apoyar el desarrollo de todo el mundo (Mundial, 2016). Este organismo fue creado en los años cuarenta, gestándose con dos países: Inglaterra y Estados Unidos como únicos participantes, poniéndose como objetivos la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial y el desarrollo de América Latina y Asia en los años cincuenta y sesenta.

Actualmente, el Banco Mundial la conforman cinco instituciones que son administradas por sus países miembros; uno de ellos con mayores acciones en el Banco Mundial es Estados Unidos, quien además tiene influencia sustancial en la nominación del presidente de la misma institución (Mundial, 2016).

Aunque el discurso predominante del Banco Mundial en favor de los pobres es por razones humanitarias, también es sabido que es a través de la educación como aseguran su inversión, otorgando el 15% de la ayuda externa a ella (Maldonado, 2000). Este organismo señala a los gobernantes, intelectuales y técnicos nacionales como corresponsales de las consecuencias y establecimiento de las políticas de diversos países subdesarrollados. A sabiendas que México se encuentra entre esos “diversos países”, no se tiene acceso a la información entre el gobierno y en este caso, el Banco Mundial (Ibídem, 2000).

Uno de los intereses más recientes del Banco Mundial se encuentra en apoyar a las organizaciones en la toma de decisiones para redefinir tanto la estrategia, como la reestructuración del sistema educativo y su normativa en donde se encuentran los estudios de la Conferencia Mundial de Jomtiem de 1990, de la Declaración Mundial sobre la Educación para Todos, de la que hablaré a continuación.

La Declaración Mundial sobre la Educación para Todos nace en 1990, de la Conferencia Mundial celebrada en Jomtiem y nace de la preocupación por el sistema educativo poco eficiente a nivel mundial. Entre los elementos más representativos de las regulaciones internacionales que deben ser tomadas en cuenta para que opere de manera efectiva cualquier sistema educativo podemos identificar:

Perfeccionar los servicios de educación básica.
Garantizar que las necesidades básicas de aprendizaje de niños, niñas, jóvenes y adultos se satisfagan en todos los países.
Reducir el gasto público de los países industrializados que han contribuido al deterioro de la educación.
Mejorar la adecuación educativa y su calidad, misma que debe ponerse al alcance de todos.
Para alcanzar un desarrollo autónomo, es necesario reforzar la educación básica, misma que será la base para fortalecer los niveles superiores. *Al respecto, es sorprendente la deficiencia con que llegan los alumnos de educación media superior, con terribles faltas gramaticales, sintácticas y semánticas en la elaboración de documentos escritos.
Proteger el medio ambiente, respetar y tolerar la diferencias religiosas, políticas y sociales de cada grupo.
Universalizar el acceso a la educación y fomentar la equidad, tomando en cuenta a las personas impedidas por alguna discapacidad física o intelectual, realizando adaptaciones curriculares.
Enfatizar la atención al aprendizaje, más que a la transmisión de conocimientos.
Tener en cuenta la cultura, necesidades y posibilidades de la comunidad. Muchas veces se desean objetivos inalcanzables que lo único que se genera es el descenso académico.

A los anteriores puntos, yo agregaría: el mejoramiento en la gestión educativa, financiamiento de la investigación inter y multidisciplinaria.

La Declaración Mundial hace hincapié sobre el derecho a la educación y llegar a los lugares de población con analfabetismo, pero tomemos en cuenta que para que la población manifieste la motivación en interés por aprender, primero debe cubrir sus necesidades básicas de alimento y salud dignas, esto se justifica con el factor educativo, pues la plataforma para tener esta situación de vida será la educación. Para evitar caer en la trampa de un ciclo sin aparente salida, la propuesta consistirá en dar instrucción a la población local desde las necesidades particulares y adaptando los programas educativos locales a dicho contexto y por ende la legislación educativa podría comenzar a tener mayores frutos, siempre que las instancias involucradas a nivel nacional, internacional y local estén interesadas en ello y se dé seguimiento continuo a los planes educativos, pese a los cambios de gobierno de cada sexenio.

A pesar de que el discurso imperante gubernamental tanto federal como estatal, manifiesta su interés por que la educación llegue por igual a todos, desgraciadamente persiste la tendencia a mercantilizarla, lo que permea en puntos ciegos para consolidar de manera efectiva la calidad educativa y por ende lograr ejecutar de manera imparcial la legalidad de la educación a nivel local y nacional para un auténtico desarrollo del país.

La Declaración Mundial sobre Educación para Todos se elaboró en la década de 1990, con altas expectativas hacia el nuevo siglo respecto al impacto que la tecnología podría tener para que la educación abarcara a más lugares, especialmente a aquéllos impedidos por la pobreza. Muy seguramente este documento ha tenido modificaciones donde se abarquen los temas de inclusión e de integración en el aula.

Existe un marco legal que ampara el derecho a la educación en nuestro país, que por factores de sobrepoblación, pobreza, deserción, e intereses de poder, no ha logrado cubrir a la sociedad en su totalidad. No obstante, las reformas educativas no se limitan sólo a modificar para la mejora continua los planes de estudio, sino que suelen cambiarlos en su totalidad conforme al sexenio vigente, lo que impiden dar continuidad a los planes previamente establecidos y lamentablemente esta situación desestabiliza la situación educativa, política y económica del país.

La tecnología es ahora un instrumento aliado, no en sí mismo, sino como medio del que nos valemos para ejercer nuestro derecho a la educación que está tan violentado y en el que cierto número de naciones se encuentran severamente lastimados.

Referencias:

Juárez, C. P. (2016). Legislación educativa. El contexto legal internacional. Obtenido de Curso: Legislación Educativa. Universidad Tecnológica de México: https://uniteconline.blackboard.com/webapps/blackboard/execute/content/file?cmd=view&content_id=_1419773_1&course_id=_47395_1

Maldonado, A. (2000). Los organismos internacionales y la educación en México. El caso de la educación superior y el Banco Mundial. Obtenido de Redalyc: http://www.redalyc.org/pdf/132/13208704.pdf

Mundial, B. (2016). Grupo Banco Mundial. Obtenido de http://www.bancomundial.org/es/about/what-we-do

Salazar, H. (2016). La legislación educativa: límites y formas como se configura el derecho a la educación. Obtenido de Curso: Legislación educativa. Unversidad Tecnológica de México: https://uniteconline.blackboard.com/webapps/blackboard/execute/content/file?cmd=view&content_id=_1419724_1&course_id=_47395_1

UNESCO. (1990). Declaración mundial sobre Educación para todos. Obtenido de Curso: Legislación educativa. Universidad Tecnológica de México: https://uniteconline.blackboard.com/bbcswebdav/pid-1419734-dt-content-rid-19648231_1/courses/UNI_171_01_20_M2_MEEO_MLE02S_ML1202/marco_jomtien.pdf

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