Educación y Familia: pilares formadores de la persona

Educación y Familia: pilares formadores de la persona

 

Por Arévalo Benito Muriel Guadalupe Covadonga

 

Por Arévalo Benito Muriel Guadalupe Covadonga

El presente trabajo es una reflexión general de la ética, la educación y la familia, partiendo de esta última como el primer grupo social al que pertenecemos desde que nacemos y como una de las instituciones fundamentales de la sociedad; hablaré brevemente de su evolución, así como de un brevísimo repaso de la influencia de la Revolución Industrial, como  parteaguas significativo para la creación de escuelas y con ello, la educación escolarizada, que, en conjunto con el papel de la familia, se configuran en la formación integral de la persona.

A dicha institución se le une también la ética y los valores, en que la religión, como otras de las instituciones transcendentales a nivel social, desempeña un rol relevante, así como el gobierno quien está rigiendo a través de normas y leyes el comportamiento de la sociedad a nivel global.

De estos cuatro ejes me basé para desarrollar el tema de ética, familia y valores para terminar con las conclusiones a las que fui llegando no sólo para la elaboración del presente escrito, sino como el condensado de ideas, lecturas y aportaciones compartidas en grupos de discusión específicos, en mi sector laboral.

La familia, es el primer grupo social al que pertenecemos, en el que nos desarrollamos y el que nos forma (o deforma) en primera instancia, para vivir y convivir en, y con la sociedad. La palabra familia tiene su origen del latín famulu”: sirviente o esclavo (Etimologías, 2016) y del sánscrito vama: habitación, casa. Por lo que, a partir de la construcción de estas dos, la familia se consideraba como el conjunto de personas y esclavos que habitaban con el señor de la casa.

 La familia dio origen desde la época prehistórica, pero no se otorgaba este nombre como tal; las personas se reunían por tribus y éstas se organizaban y distribuían de diferentes maneras: unos realizaban las chozas, o buscaban lugares dónde quedarse que les mantuviera a salvo por un par de días o semanas, otros se iban a cazar, otros a descubrir… y yo imagino que todo esto, desde aquél periodo, ya generaba incertidumbre, una incertidumbre muy primitiva tanto para los que emprendían el viaje, como para los que se quedaban en la espera del alimento por conseguir de los animales cazados.

Y me atrevo a hipotetizar que, estando un tanto más consciente de su propia organización, quizá se hacían cuestionamientos del tipo: ¿esta vez encontraré un animal?, ¿lograré cazarlo?, ¿sobreviviré? La incertidumbre que generaba esta forma da vida (nómada) se vio modificada, cuando descubrieron, tal vez por accidente; que podían sembrar semillas y que debían esperar cierta cantidad de tiempo a que éstas germinaran para así obtener alimento. No obstante, también se generó otra nueva incertidumbre al toparse con que los animales que se acercaban, se comían lo que habían cosechado. Entonces, debieron dar solución a este problema haciendo trampas para los animales, percatándose que podían obtener ambas cosas sin necesidad de desplazarse kilómetros o días enteros, naciendo así, la vida sedentaria.

Las tribus se empezaron a organizar por sociedades, que eran grandes “familias” polígamas y crearon normas de convivencia, pero como toda sociedad, no estuvo exenta de crisis y la poligamia dejó de ser funcional, había demasiados conflictos, celos, enojos, traiciones y matanzas. Esto dio paso a la monogamia, aunque en algunos casos la poligamia se siguió practicando como aún sucede en lugares como la India.

De lo anterior, la organización se hace más compleja y se generan las parcelas, la propiedad privada, la esclavitud, la división de clases, el trueque y después la necesidad de una moneda de cambio a la que se le asignó un valor comercial para la compra-venta; también a esto le sigue la Revolución Industrial, guerras, descubrimientos, tecnología, hasta que llegamos al siglo XXI donde la incertidumbre no cesa, se torna cada vez más compleja y a la vez primitiva: de ahí su complejidad.

Además de lo anteriormente mencionado, cabe señalar que en el entramado de organizaciones que se generaron para una mejor convivencia social y económica, la Revolución Industrial (finales del Siglo XVIII a mediados del Siglo XIX) jugó un papel importante para la creación de escuelas, pues previo a ello, niños, adolescentes y jóvenes, se dedicaron en su mayoría a trabajar como mano de obra. Al llegar las grandes maquinarias a sustituirlos, se vio la necesidad de crear espacios para que esta población que empezó a estar “sin ton, ni son” tuvieran un lugar dónde “estar”.

Aquí surge, la escolarización (Baquero & Narodowski, 2016) y la segmentación de la población que asistía a ella, donde inicialmente únicamente la clase social y económicamente privilegiada, tenía derecho a ella, situación que fue cambiando con el paso del tiempo, no sin sus consabidas divisiones.

Entonces nos vamos dando cuenta que tanto la familia como la educación escolarizada tienen en común la formación integral de sus integrantes; surgen diversas disciplinas de estudio del comportamiento humano iniciando con la Filosofía, el Derecho, la Psicología, la Sociología, entre otras. La Axiología, como rama de la Filosofía, es la ciencia que se encarga de estudiar los valores, tanto sociales como individuales y la Ética, va de la mano con ella, como “ciencia práctica y normativa, que estudia el comportamiento de los hombres, que conviven socialmente” (Kujahua, 2016), misma que se encuentra en la ética educativa, profesional, económica y política, que a su vez están inmersos de valores, inherentes al ser humano; de la moral, las normas sociales y códigos éticos.

Los roles que juegan la escuela y la familia son trascendentales para el cultivo de valores, tan importantes para la formación de cada persona y para el rol que a su vez desempeñará en la sociedad.

 Los niños pequeños introyectan todo aquello de quienes les rodean, especialmente por medio de conductas imitativas y el adulto es quien le sirve de modelo en su comportamiento, este niño que apenas está descubriendo de qué se trata esto que se llama mundo, esto a lo que llamamos aprender, a lo que nombramos vivir.

Como todo sistema, el gobierno y la religión, como instituciones, también desempeñan un papel importante, más la segunda ha perdido fuerza y actualmente se ve también en un sisma. El gobierno con su afán de globalizar al mundo y en determinados sectores se está dejando de ver a la persona como individuo, para ver colectividades, todos “cortados por la misma tijera” (un mundo homogéneo con personas heterogéneo) el sistema educativo se empieza a ver afectado en la formación humana deseando quitar asignaturas como filosofía, etimologías, bellas artes. La formación valoral y ética, que no moralista; deberá ser reestudiada y re valorada desde otra perspectiva para cuestionar a las nuevas generaciones sin agredirlas, pero sí lo suficientemente sacudidas respecto a la actitud de los nuevos comportamientos: relaciones sexuales a muy temprana edad, relaciones sentimentales volátiles sin sentido de compromiso e identidades frágiles.

La incertidumbre es un verbo que ha acompañado al ser humano desde que éste comenzó a tener consciencia de sus actos y de las consecuencias de ellos, generando así soluciones que a su vez fueron complejizando el proceso; propio de la evolución del pensamiento y después de la tecnología primeramente primitiva, ahora más de tipo mecánica y de tipo informática. Dichos procesos se dieron a la luz de la convivencia entre comunidades que hubieron de organizarse a través de normas y leyes que después, se elevaron a un tipo de orden lógico superior: a los valores éticos y morales, que apelaron más a la trascendencia humana que al “deber ser”.

Los docentes, como agentes de cambio tenemos una labor y una responsabilidad muy ardua hoy en día y como dijo Savater (2016), si fallamos, porque seguro lo haremos por nuestra condición humana e imperfecta, no desfallezcamos y mantengamos la confianza en aras de un mundo mejor.

REFERENCIAS

Baquero, R., & Narodowski, M. (2016). Escuela y Construcción de la Infancia. ¿Existe la infancia? Obtenido de http://www.terras.edu.ar/biblioteca/6/PE_Baquero-Narodowski_Unidad_1.pdf

Engels, F. (1981). El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado. Moscú: Progreso. Obtenido de Editorial Progreso: http://www.javeriana.edu.co/personales/jramirez/PDF/Engels-Origen%20de%20la%20familia.pdf

Etimologías, D. d. (2016). Eti. Obtenido de http://etimologias.dechile.net/?familia

Kujahua, H. J. (2016). La ética en el contexto educativo. Obtenido de Curso: Ética, educación y familia. Universidad Tecnológica de México: http://www.xuliocs.com/PDF/xaviercastetic.pdf

Savater, F. (2016). Ética para amador. Obtenido de Curso: Ética, educación y familia. Universidad Tecnológica de México: http://www.escatep.ipn.mx/Documents/ClubLectura/Frente%20al%20espejo/%C3%89TICA%20PARA%20AMADOR.pdf

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