Perspectiva terapéutica de las adicciones

Perspectiva terapéutica de las adicciones

 

Por Mandujano Faustino Norma Anahid

 

Por Mandujano Faustino Norma Anahid

Antecedentes:

La historia de las adicciones va unida a la historia del hombre, fumar cigarrillos, beber alcohol, mascar hojas de coca, esnifar preparados psicoactivos, beber pócimas, fumar marihuana, utilizar el opio para el dolor, etc. Son ejemplos bien conocidos de algunas de las sustancias que el hombre ha utilizado o sigue utilizando a lo largo de la historia. Más actualmente, junto a las anteriores, y sus derivados industriales o químicos, destacan las nuevas adicciones, unas derivadas de sustancias, como es el caso de la heroína, la cocaína, las drogas de diseño, el LSD, entre las más importantes, y otras adicciones comportamentales, sin sustancia, como resultado de nuestra sociedad tecnológica, como la adicción al internet, al juego de azar, al teléfono móvil.

Por ello, en los últimos años se incluyen distintas conductas bajo la denominación genérica de adicciones o conductas adictivas. Basadas inicialmente en el concepto de dependencia (física y psíquica), y evolucionando a partir del mismo, se aplicaban inicialmente a sustancias psicoactivas que ingeridas por un individuo tenían la potencialidad de producir dependencia. Con el transcurrir de los años se observó que también existían conductas, que sin haber sustancias de por medio, tenían la capacidad de producir dependencia y el resto de las características que tenían las dependencias a las sustancias psicoactivas.

En la actualidad el primer elemento relevante en las adicciones es delimitar que entendemos que es una adicción. A pesar de que hay criterios específicos para los distintos trastornos, como la dependencia de sustancias psicoactivas, el juego patológico, etc., todos parten de los criterios de dependencia de sustancias psicoactivas, dado además en las adicciones, sean con o sin sustancias se dan los fenómenos de pérdida de control, tolerancia, síndrome de abstinencia. Etc. En el DSM-IV la dependencia de sustancias psicoactivas se caracteriza por un patrón desadaptativo de consumo de la sustancia que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativo, expresado por tres o más de los siguientes síntomas:

  • Tolerancia, definida por cualquier de los siguientes ítems: a) una necesidad de cantidades marcadamente crecientes de la sustancia para conseguir la intoxicación o el efecto deseado; b) el efecto de las mismas cantidades de sustancia disminuye claramente con su consumo continuado.
  • Abstinencia, definida por cualquier de los siguientes ítems; a) el síndrome de abstinencia característico para la sustancia; b) se toma la misma sustancia (o una muy parecida) para aliviar o evitar los síntomas de abstinencia
  • La sustancia es tomada con frecuencia en cantidades mayores o durante un periodo mas largo de lo que inicialmente se pretendía.
  • Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el consumo de la sustancia.
  • Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia (por ejemplo, visitar a varios médicos o desplazarse a largas distancias), el consumo de la sustancia (ejemplo fumar un cigarro tras otro) o en la recuperación de los efectos de la sustancia.
  • Reducción de importantes actividades sociales, laborales o recreativas, debido al consumo de sustancias.
  • Se continúa tomando la sustancia a pesar de tener conciencia de problemas psicológicos o físicos recidivantes o persistentes, que parecen causados o exacerbados por el consumo (ejemplo consumo de la cocaína a pesar de saber que provoca depresión, o continuada ingesta de alcohol a pesar de que empeora una ulcera).

En el DSM-IV también considera el abuso de sustancias que es una condición menos grave que la dependencia. En el caso de la dependencia de sustancias, cuando nos referimos a conductas sin sustancia, el diagnóstico seria el mismo sustituyendo sencillamente la palabra sustancia por la “especifica” conducta adictiva (ejemplo, juego, sexo etc.); con los matices para esa especifica conducta (Echeburúa, 1999).

 

 

Referencias:

Fernández, J. y Echeburúa, E. (1997), Manual Práctico del juego patológico, Ayuda para el paciente y guía para el terapeuta, Madrid; Pirámide

Oblitas, L. A. y Becoña. E. (2000) Psicología de la salud México: Plaza y Valdés

Diplomado en terapia infantil

Atenta invitación

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