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¿Qué hacer con mi hijo adolescente con TDAH?

por Silvia Gutiérrez Martínez

 

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por Silvia Gutiérrez Martínez

La adolescencia es un período de cambio y evolución, una época donde no se es tan adulto como para considerarle maduro y responsable, ni tan niño como para no enfrentarse a las realidades cotidianas. Un mar tormentoso difícil de navegar, tanto para quien sufre de ello como para quien tiene el deber de guiar el rumbo.

Pero también es una etapa de gran creatividad, imaginación y entrega, en donde el adolescente puede sacar su gran potencial, en donde las amistades juegan un papel primordial y donde los sentimientos y emociones florecen en su esplendor.

Convivir con ellos no suele ser fácil, pero conocer los cambios físicos, psíquicos y sociales que experimentan y cómo les afectan puede ayudar a entenderlos mejor, daremos algunos ejemplos: 

  • Duermen tarde­ – Hay estudios que prueban que la Melatonina, la hormona que induce al sueño se segrega cada vez más tarde a partir de la pubertad y por eso muchos adolescentes tienen dificultades para conciliar el sueño.
  • Comen de forma impulsiva o a deshoras- Hay un incremento de masa corporal en esta etapa, los chicos duplican su masa muscular y las chicas su tejido adiposo, así que aumentan sus necesidades energéticas.
  • Torpes- La transformación física que viven los adolescentes es tremenda por lo que necesitan un periodo de adaptación, para controlar su cuerpo.
  • Les importa mucho ser aceptados- El adolescente se mira en el espejo de sus pares, que lo pueden ver con aprecio o no, por lo que constantemente ponen en marcha un proceso de ensayo y error sobre su aspecto físico.
  • Les gusta estar solos- Es un momento de introspección donde ellos necesitan diferenciarse de sus padres y definir  su propia personalidad, y a veces necesitan evidenciarse físicamente.
  • Impulsivos e Impacientes- Porque sufren de alteraciones hormonales, que los hacen más arriesgados, con menor capacidad para prever las consecuencias de sus actos.
  • Gran influencia por parte de los amigos- Porque en esta etapa los adolescentes abandonan el núcleo familiar, para salir a la sociedad, para situarse en el mundo y en ese trayecto, los amigos son como su sostén para disminuir el miedo que provoca el mundo exterior.

Estos son algunos ejemplos, pero existen muchos cambios dentro del proceso de la adolescencia, pero lo que sí es un hecho es que los adolescentes tratados con amor, comprensión y empatía pueden tener un desarrollo muy satisfactorio, lo mismo sucede con adolescentes con TDAH, lo único es que hay que utilizar estrategias que les ayuden a tener un mejor desempeño, pero sin dejar de ver que es un adolescente  y  que cada persona es única y que cada caso es único.

 

Es recomendable que exista un trabajo multidisciplinar una coordinación entre padres, educadores, médicos, psiquiatras y terapeutas para su buen manejo.

 

En esta etapa de la vida los adolescentes están más expuestos a adoptar conductas latentemente peligrosas, sus ansias de conocer el mundo unidas a  sus frustraciones, inseguridades y su necesidad de ser aceptados los llevan a caminos equivocados, por lo que tenemos que estar muy al pendiente de sus conductas sexuales, abuso de sustancias o actividades que implican riesgo físico.

 

Como sabemos los chicos con TDAH sufren de un trastorno neurobiológico originado en la infancia que implica un déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad que está asociado con otros trastornos (Conducta, sueño, aprendizaje, etc.)

 

Daremos algunos puntos que podrían ayudar a trabajar con el adolescente con TDAH, sin que esto se tome como una receta de cocina, sino como algunas estrategias que podrían funcionar con algunos chicos a tener un desarrollo más óptimo de sus capacidades, recordando siempre que cada persona es única:

  • Identificar sus gustos reales (fútbol, ejercicio, lectura, informática, etc.) con el fin de integrarlo a alguna actividad.

 

  • Trabajar con ellos a la hora de otorgar premios y castigos.
  • Asignar responsabilidades reales en casa (tirar la basura, mantener la habitación recogida, etc.)
  • Elaborar letreros para su habitación con las normas de la casa y las consecuencias de incumplirlas.
  • Escribir un horario estructurado diario con obligación de cumplimiento pero teniendo en cuenta la flexibilidad.
  • Tener una libreta de “tratos” vinculante para ambas partes. Los castigos no serán prolongados, ni las recompensas a largo plazo.
  • Idear actividades donde pueda recibir una recompensa lo cual ayude a su autoimagen.
  • Engrandecer la autoestima aunque sea por pequeños logros.
  • Moderar la crítica para que no pierda su valor.
  • Estructurar actividades, ya que al adolescente se le dificulta organizar antes de actuar.
  • Todas las indicaciones deben ser cortas y sencillas.
  • Cuando se realicen tareas comenzar con las de dificultad media, continuar con las más difíciles y acabar con las fáciles, tratando de que acabe muy motivado y más relajado.
  • Motivarlo todos los días.
  • Recordar que su memoria funciona mejor a corto plazo.
  • Tener en cuenta que funcionan mejor con cosas que pueden ver, leer y tener presentes.

 

  • Mejorar su atención a través de juegos de mesa.

 

  • Proporcionarle alimentos que le ayuden a controlar el TDAH.

 

  • Estar en comunicación continua con los profesores, para conocer que estrategias están manejando y en que podrías ser útil.

 

  • Establecer rutinas en periodos vacacionales.

 

  • Las medidas disciplinarias se darán de inmediato, pero siempre manteniendo la calma y el cariño.

 

  • Poner límites claros pero con amor.

 

 

Estos son algunos puntos a trabajar, pero lo más importante es no buscar culpables, tomar el TDAH como un reto no como una disculpa, es decir no discapacitar ni permitir que el chico se discapacite para convertirse en una víctima, entender que todo tiene solución, que nada es tan terrible, y que con Amor, Comprensión, Empatía, Cariño, todo se puede lograr, lo único que no nos lo permite y nos hace daño es lo que nosotros mismos nos decimos de lo que sucede.

 

 

 

Bibliografía

 

Cruz, M.A. (2006). Trastorno por déficit de atención e hiperactividad, Bases neurobiológicas, modelos neurológicos, evaluación y tratamientos. Trillas, México.

 

Orjales, V.I. (2001). Déficit de Atención con hiperactividad: Manual para padres y educadores. CEPEDE , Madrid.

 

Fundación Cadah (2012): Guía para docentes: el TDAH en el aula.

 

 

Diplomado En Terapia De Lenguaje

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