Principales errores que cometen algunos padres al querer fortalecer la autoestima de sus hijos

Por CAO ROMERO POMASKI KARLA ANGÉLICA

El concepto de autoestima ha surgido y se ha popularizado desde hace algunos años, y esto ha creado una serie de confusiones para los padres de familia puesto que ahora dan mucha importancia a fortalecer la autoestima de sus hijos pero llevándolo a un extremo que puede resultar sumamente perjudicial.

Sabemos que anteriormente la autoestima de los niños frecuentemente, no era tomada en cuenta, ni en el hogar, ni en las escuelas. Se impartía una disciplina que no tomaba en cuenta la dignidad, las emociones y los sentimientos de los niños, se buscaba sobre todo formar hábitos y valores que eran considerados como sumamente importantes, por ejemplo, la absoluta obediencia a los padres y maestros, sin cuestionarlos jamás y sufriendo grandes consecuencias cuando no era así.

En las familias, se destacaba la obediencia absoluta a los padres, en especial al padre, no podía cuestionarse ninguna decisión y las más de las veces los niños quedaban completamente fuera al momento de tomar alguna decisión, éstos, no podían preguntar, opinar, cuestionar, lo que decía el padre era la ley. Se administraban muchas veces castigos físicos severos, golpes, cachetadas, etc. y castigos de otro tipo, también había una marcada violencia psicológica, (y desafortunadamente en muchas ocasiones así es todavía).

Igualmente en las escuelas, se llevaban a cabo una serie de prácticas que no tomaban en cuenta la autoestima de los alumnos, golpes con el borrador, la regla, aventar gises, estar hincados sosteniendo libros en ambas manos, en fin, todos hemos escuchado alguna vez estas historias de nuestros padres o abuelos, recuerdo también que era una costumbre entregar las calificaciones frente a todo el grupo, haciéndolo del promedio más alto al más bajo, exponiendo a los estudiantes al escrutinio de los maestros y compañeros. Las emociones, los sentimientos y el respeto a la dignidad de los alumnos, no eran tomados en cuenta, y por ello, muchos de ellos resultaron muy dañados en su autoestima y seguridad.

Afortunadamente años más tarde, los avances tecnológicos nos han permitido saber y conocer el papel tan importante de las emociones para el aprendizaje, hoy, por lo menos es lo que se está intentando la mayoría de las veces, se busca proteger, cuidar y reforzar la autoestima de niños y adolescentes.

Sin embargo, estos padres que fueron educados en sistemas que no consideraban las emociones, y que principalmente suprimían el contacto con las mismas, la culpa por sentirlas, etc…, no cuentan con las herramientas internas que les permitan fomentar una sana autoestima en sus hijos, saben que no quieren cometer los mismos errores que se cometieron con ellos o sus padres y abuelos, y desafortunadamente muchas veces consideran que formar en autoestima implica que sus hijos sean siempre felices, que no se enfrenten a ningún obstáculo, que no hagan nada que los frustre o estrese y en muchas ocasiones prima su deseo de que sean felices por sobre tener que esforzarse para conseguir logros o tener que enfrentarse a personas o situaciones que puedan ser un reto. Buscan también que tengan un alto aprecio de sí mismos, muchas veces haciendo ver a los otros como “menos”.

En diversas ocasiones, me ha tocado escuchar cuando les dicen que son los más guapos o guapas, los más inteligentes, incluso muchas veces promueven que los niños no muestren respeto por sus maestros, compañeros y otros adultos.

La realidad es que tener una buena autoestima es sumamente importante para la vida, es lo que nos permite conocernos, aceptarnos, reconocer nuestras fortalezas pero igual aquellos aspectos en los que podemos mejorar. Una buena autoestima no se da en relación con el otro sino con uno mismo, no implica sentirse superior o no sentir nunca emociones como la tristeza, el miedo o el enojo. Una buena autoestima es el conocimiento y la aceptación considerada por uno mismo. Implica la motivación para crecer y tener la suficiente motivación para conseguir diversos logros, tener las herramientas emocionales e intelectuales para enfrentar los distintos retos que la vida nos presenta.

Diplomado en terapia infantil

Atenta invitación

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