Uno de los principales elementos que intervienen en el proceso de enseñanza – aprendizaje es tener claridad sobre las características generales del desarrollo de los alumnos con la finalidad de utilizar dicho conocimiento para ponderar y valorar las estrategias mas eficientes y efectivas para potenciar el logro de los aprendizajes a trabajar.

Una de las características principales de la educación preescolar consiste en desarrollar las habilidades del pensamiento de los alumnos, lo cual, para algunos docentes resulta algo abstracto, y se limitan a ocupar el tiempo de clases en actividades que están más relacionadas con practicas tradicionales de la educación.

Es decir, para algunos docentes es más fácil tratar de enseñar a escribir mediante la descontextualización del lenguaje al enseñar las letras de manera aislada, utilizando actividades que conllevan realizar trazos, elaborar planas de letras y/o rellenar letras con todo tipo de materiales que van desde el confeti hasta el estambre.

Motivo por el cual, iniciaremos describiendo las características del desarrollo cognitivo de las y los alumnos en la etapa preescolar.

De acuerdo al enfoque Piagetano, los alumnos en edad preescolar se encuentran en la etapa denominada Pre operacional, la cual, se define como aquella en la que los niños todavía no están listos para realizar las operaciones o manifestaciones mentales que requiere el pensamiento lógico.

En dicha etapa entre otras cosas se caracteriza por una gran expansión en el uso del pensamiento simbólico, o la habilidad de representación.

La función simbólica se trata de la habilidad para usar símbolos o representaciones mentales. Es decir, de esta manera los niños no requieren de entrar en contacto con los objetos para recordarlos o pensar en ellos. Lo cual, es un requisito en el desarrollo del lenguaje y la lecto-escritura.

De acuerdo con Papalia (2009) los niños de tres años en promedio puede usar entre 900 y 1,000 palabras diferentes y utilizan alrededor de 12,000 por día.

Con la ayuda de la escuela el vocabulario pasivo o receptivo puede aumentar 4 veces dicha cantidad. (Owens, 1996 citado por Papalia, 2009).

En esta etapa los alumnos presentan lo que Papalia (2009) denomina representación rápida, la cual es la capacidad para identificar el significado de una nueva palabra, si esta es escuchada en una conversación en una o dos ocasiones.

Como puede observarse en esta etapa el lenguaje tiene un espectacular avance, derivado de que los niños absorben las estructuras básicas del lenguaje, aunque en un principio mediante la utilización de frases cortas y aún con la necesidad de utilizar mucha gesticulación para apoyar su incipiente comunicación.

Es una etapa en la que el niño avanza de jugar con elementos concretos a utilizar el juego simbólico como actividad principal para apoyar la asimilación de datos, así como las relaciones del entorno.

El juego se convierte en el trabajo principal de los niños y contribuye a todas las áreas de desarrollo.

Mediante el juego, los niños estimulan los sentidos, aprenden cómo usar sus músculos, coordinan la visión con el movimiento, obtienen dominio sobre su cuerpo y adquieren nuevas destrezas.

Motivo por el cual, el programa de educación preescolar basa su propuesta pedagógica en la idea de que el lenguaje se adquiere y educa en la interacción social, mediante el intercambio comunicativo en practicas socialmente relevantes.

Dicho programa (SEP, 2017) establece que el lenguaje se refiere a “una actividad comunicativa, cognitiva y reflexiva mediante la cual se expresan, intercambian y defienden las ideas; se establecen y mantienen las relaciones interpersonales; se accede a la información; se participa en la construcción del conocimiento y se reflexiona sobre el proceso de creación discursiva e intelectual”.

Con puede observarse a partir de la definición el lenguaje este permea de manera general en el desarrollo de las habilidades cognitivas, comunicativas y de interacción social.

Por lo cual, una de las propuestas pedagógicas principales se refiere a enfatizar la practica social del lenguaje, que versa sobre:

La producción contextualizada del lenguaje tanto oral como escrito;

Aprender diferentes maneras de leer, estudiar y comprender los textos, y;

El análisis o la reflexión sobre la producción lingüística.

Para lograrlo el enfoque pedagógico propone que los alumnos logren expresarse cada vez con ideas más completas, favoreciendo el intercambio oral intencionado.

Así como permitir la aproximación de los alumnos a la lectura y escritura mediante la exploración y producción de textos escritos con la intención de que comprendan que se escribe y se lee con una intención determinada.

Como puede observarse a partir de lo planteado la propuesta pedagógica del programa de educación preescolar, dista mucho de las practicas tradicionales de enseñanza, las cuales a su vez tienen gran arraigo entre los padres de familia.

Pero es importante, entender que es más importante desarrollar las habilidades comunicativas – sociales del lenguaje, con la finalidad de propiciar la competencia de aprender a aprender en vez de solo utilizar actividades de repetición en la enseñanza del lenguaje en este o cualquier otro nivel educativo.

Referencias

Papalia, D. E., Feldman, R. D., Martorell, G., Berber Morán, E., & Vázquez Herrera, M. (2009). Desarrollo humano (9a ed.). México, D. F.: McGraw-Hill Interamericana.

SEP (2017). Aprendizajes clave para la educación integral. Educación preescolar. Plan y programas de estudio, orientaciones didácticas y sugerencias de evaluación. México, D. F.: Secretaria de Educación Pública.