Para conducir un proceso psicoterapéutico no basta con saber, es necesario tener presente la implicación de la vida personal del terapeuta en el proceso…
Cuando un consultante (terapia de niños, adolescentes o adultos) contrata los servicios de un terapeuta es común que no tenga claridad en qué consista el trabajo terapéutico, de hecho no está obligado a saberlo, lo curioso es que, al parecer algunos terapeutas tampoco tienen claro en qué consisten los servicios que ofrecen a sus clientes. El objetivo de estas líneas no es criticar o denigrar el trabajo de nadie, siguiendo esto deseo clarificar lo anterior, la mayoría de terapeutas “sabe” en qué consiste su trabajo, encuadra de manera verbal con sus clientes, lo curioso es que dicho encuadre no se mantiene y termina sobre-responsabilizándose de situaciones o cosas fuera de su competencia profesional. Parece ser entonces que no basta con “Saber”.
Muchos terapeutas basan su labor en la acumulación de información, cursos, diplomados, grados etc. Es decir “saben mucho” conocen de patologías, incluso generan muchas habilidades, sin embargo, es de llamar la atención como terminan supeditados a los deseos de sus pacientes, creyendo que el fiel cumplimiento de su trabajo consiste en “curar o reparar” al cliente.
Los servicios que ofrecemos los terapeutas están enmarcados dentro de un proceso, el cual debe de ayudar al consultante a encontrar un camino alternativo al que regularmente viene tomando (trastornos, sufrimiento etc.), por tanto, el objetivo final de todo proceso terapéutico es el crecimiento psico-emocional (desde una perspectiva humanista existencial) del cliente. El planteamiento anterior parece ser conocido y reconocido por muchos terapeutas, sin embargo en la práctica este proceso de crecimiento se ve obstaculizado por el propio trabajo del terapeuta, es decir, comúnmente se observa una práctica clínica cristalizada y/o estereotipada donde –al parecer- el principal enemigo a vencer es el motivo de consulta o el trastorno por el cual se nos contrata. Parece que existe una dificultad para quitarse del centro del proceso, entonces miramos a terapeutas buscando materiales en la web, desorientados en cuanto al proceso, como si en el fondo creyeran que su responsabilidad profesional sea el rescate del otro (cliente).
Si revisamos con calma la participación en foros especializados y no especializados en psicología o psicoterapia, es común toparnos con la vorágine “búsqueda de información” como si esto fuera la panacea. Al tener tanta información y una notable carencia de marcos teóricos, la integración de esto resulta imposible.
Las consecuencias de lo descrito anteriormente puedo resumirlas en los siguientes puntos (creencias y prácticas clínicas):
Si bien podría seguir mencionando muchas características de “Personalidad profesional” que adoptamos los terapeutas, no tendría mucho sentido, de hecho al ir escribiendo estas líneas no puede evitar sentirme reflejado. Quisiera ahora abordar brevemente cuál sería el común denominador entre las características profesionales expuestas. Me parece que lo que poco se ha abordado en la práctica clínica es la concientización de la vida del terapeuta y de ahí su habilidad o inhabilidad para hacer encuadres clínico-profesionales que puedan mantenerse dentro del proceso terapéutico, brindando claridad y consistencia al rol profesional del terapeuta.
Los terapeutas post-modernos apostamos mucho a la información y a la verdad, dejando de lado –me parece- las características personales y psicoemocionales de la vida personal del terapeuta (Esto incluye sus escenas temidas), esto genera que los encuadres en el proceso no se cumplan, generando incertidumbre en la labor profesional del Terapeuta. Para intentar poner mi granito de arena estoy proponiendo el presente taller donde exploraremos desde las técnicas de acción las escenas temidas del terapeuta, revisaremos su implicación en su práctica clínica y finalizaremos con una propuesta de encuadre clínico.
Estás cordialmente invitado al taller psico-experiencial:
La historia de vida del terapeuta y su implicación a la hora de hacer encuadres clínicos con sus consultantes
Este taller puede servirte si:
¿Qué te mostraremos en el taller?
¿Cuándo?
Sábado 31 de Agosto 2019
¿Modalidad?
Presencial (Manda un mensaje de whatsapp a 5533183140 para ver si calificas para tomarlo on-line), toma en cuenta que si no eres capaz de moverte por el mundo, tal vez no te sirva este taller, No se pueden obtener mejores resultados haciendo las mismas cosas.
¿Dónde?
La sede será en nuestra sala de capacitación ubicada en Colorín 66 Col. Lomas de San Miguel, Atizapán de Zaragoza Estado de México
¿En qué horario?
Horario de Trabajo de 9:00 a 13:00
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