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¿Cómo impacta tu historia de vida para hacer encuadres con tus pacientes?

Para conducir un proceso psicoterapéutico no basta con  saber, es necesario tener presente la implicación de la vida personal del terapeuta en el proceso…

Por Daniel Servín

Por Daniel Servín

Cuando un consultante (terapia de niños, adolescentes o adultos) contrata los servicios de un terapeuta es común que no tenga claridad en qué consista el trabajo terapéutico, de hecho no está obligado a saberlo, lo curioso es que, al parecer algunos  terapeutas tampoco tienen claro en qué consisten los servicios que ofrecen a sus clientes. El objetivo de estas líneas no es criticar o denigrar el trabajo de nadie, siguiendo esto deseo clarificar lo anterior, la mayoría de terapeutas “sabe” en qué consiste su trabajo, encuadra de manera verbal con sus clientes, lo curioso es que dicho encuadre no se mantiene y termina sobre-responsabilizándose de situaciones o cosas fuera de su competencia profesional. Parece ser entonces que no basta con “Saber”.

Muchos terapeutas basan su labor en la acumulación de información, cursos, diplomados, grados etc. Es decir “saben mucho” conocen de patologías, incluso generan muchas habilidades, sin embargo, es de llamar la atención como terminan supeditados a los deseos de sus pacientes, creyendo que el fiel cumplimiento de su trabajo consiste en “curar o reparar” al cliente.

Los servicios que ofrecemos los terapeutas están enmarcados dentro de un proceso, el cual debe de ayudar al consultante a encontrar un camino alternativo al que regularmente viene tomando (trastornos, sufrimiento etc.), por tanto, el objetivo final de todo proceso terapéutico es el crecimiento psico-emocional (desde una perspectiva humanista existencial) del cliente. El planteamiento anterior parece ser conocido y reconocido por muchos terapeutas, sin embargo en la práctica este proceso de crecimiento se ve obstaculizado por el propio trabajo del terapeuta, es decir, comúnmente se observa  una práctica clínica cristalizada y/o estereotipada donde –al parecer- el principal enemigo a vencer es el motivo de consulta o el trastorno por el cual se nos contrata. Parece que existe una dificultad para quitarse del centro del proceso, entonces miramos a terapeutas buscando materiales en la web, desorientados en  cuanto al proceso, como si en el fondo creyeran que su responsabilidad profesional sea el rescate del otro (cliente).

Si revisamos con calma la participación en foros especializados y no especializados en psicología o psicoterapia, es común toparnos con la vorágine “búsqueda de información” como si esto fuera la panacea. Al tener tanta información y una notable carencia de marcos teóricos, la integración de esto resulta imposible.

Las consecuencias de lo descrito anteriormente puedo resumirlas en los siguientes puntos (creencias y prácticas clínicas):

  • Terapeuta que asocia su valor a sus grados académicos, es común encontrar su consultorio “tapizado” por múltiples diplomas, generalmente solicita que al nombrarlo antepongan a su nombre su último grado académico.
  • Terapeuta que se siente responsable de curar a la humanidad, se le observa en congresos y cursos con diversos marcos teóricos, tiene una necesidad casi irracional a la perfección por tanto demanda que se le diga exactamente qué debe hacer con sus pacientes, generalmente estudia siempre, lee mucho pero le cuesta trabajo integrar a su praxis lo aprendido. Es común que siempre esté probando métodos o técnicas novedosas.
  • Terapeuta ansioso, siempre duda de lo que hace, no todos logran montar un consultorio. Está buscando la verdad absoluta, cuando cree tenerla duda de ella, pasa gran parte de su vida en búsqueda de la aprobación.
  • Terapeuta Estrella, suele ser brillante y se muestra exitoso sin embargo en el fondo existe una gran necesidad de reconocimiento, es un terapeuta seguro de sí mismo(a) (o eso aparenta), suele aconsejar a sus colegas y amigos, en ocasiones hasta publica en redes sociales los éxitos que tienen sus pacientes (a veces agrega a sus consultantes en las redes sociales) quienes aprueban y agradecen públicamente lo logrado. Usa métodos y materiales muy llamativos, cuando acude a congresos compra mucho material para usarlo en terapia.
  • Terapeuta rescatador, se trata de un terapeuta que persigue pacientes, se la pasa diagnosticando patologías entre sus amigos y familiares, a veces reparte tarjetas en fiestas y reuniones. Cuando detecta a alguien con alguna necesidad de tratamiento psicológico, ofrece sus servicios gratuitamente o con muy bajo costo.
  • Terapeuta gratuito, suele comportarse igual que el anterior, sin embargo se le caracteriza por tener deseos de estudiar y seguirse preparando sin embargo nunca invierte en estudios, presenta una búsqueda implacable en la web para obtener recursos gratuitos, tampoco compra libros, los fotocopia o descarga “gratis”.
  • El terapeuta gurú, se trata de una persona con capacidad de análisis y síntesis que se posiciona desde algunos supuestos teorico-metodologicos y se casa con un modelo teórico, este terapeuta generalmente da asesorías o imparte cursos. Cuando su personalidad es patológica se vuelve radical, va aconsejando y acompañando a terapeutas noveles, convenciéndoles que la única manera de percibir el mundo es de acuerdo a su modelo teórico, generalmente él y su séquito de seguidores critican el trabajo de otros colegas.
  • El terapeuta supeditado, hace referencia a aquel colega que cree que su trabajo consiste en hacer lo que sus clientes les digan, este personaje aparece más comúnmente en los servicios de terapia infantil. Sus principales características son un deseo inagotable por quedar “bien” con sus clientes, toma como eje guía del proceso terapéutico, el motivo de consulta, generalmente cuando llega un caso con el que no se encuentra familiarizado se inscribe a cursos o talleres. Es generalmente sobre responsable, cita a los padres del menor cada cierto tiempo para dar un informe de avances en la terapia. De forma general presenta un temor al fracaso.

Si bien podría seguir mencionando muchas características de “Personalidad profesional” que adoptamos los terapeutas, no tendría mucho sentido, de hecho al ir escribiendo estas líneas no puede evitar sentirme reflejado. Quisiera ahora abordar brevemente cuál sería el común denominador entre las características profesionales expuestas. Me parece que lo que poco se ha abordado en la práctica clínica es la concientización de la vida del terapeuta y de ahí su habilidad o inhabilidad para hacer encuadres clínico-profesionales que puedan mantenerse dentro del proceso terapéutico, brindando claridad y consistencia al rol profesional del terapeuta.

Los terapeutas post-modernos apostamos mucho a la información y a la verdad, dejando de lado –me parece- las características personales y psicoemocionales de la vida personal del terapeuta (Esto incluye sus escenas temidas), esto genera que los encuadres en el proceso no se cumplan, generando incertidumbre en la labor profesional del Terapeuta. Para intentar poner mi granito de arena estoy proponiendo el presente taller donde exploraremos desde las técnicas de acción las escenas temidas del terapeuta, revisaremos su implicación en su práctica clínica y finalizaremos con una propuesta de encuadre clínico.

Estás cordialmente invitado al taller psico-experiencial:

La historia de vida  del terapeuta y su  implicación a la hora de hacer  encuadres clínicos con sus consultantes

Este taller puede servirte si:

  • Te genera dudas si tus pacientes avanzan o no avanzan
  • Crees que tu terapia no es eficaz
  • Terminas haciendo lo que los pacientes dicen
  • Si estás por abrir un consultorio psicológico
  • Usas muchas técnicas de intervención pero no miras avances
  • No logras que tus pacientes respeten tus reglas
  • Tienes dudas de cuanto cobrar
  • No sabes si tu manera de conducir a tus pacientes es lo más adecuado.

¿Qué te mostraremos en el taller?

  • Te mostraremos cómo hacer encuadres clínicos
  • Tendrás la oportunidad de revisar tu vida (asuntos pendientes) y cómo está se encuentra relacionada con tu praxis clínica
  • Podrás revisar tus escenas temidas y como obstaculizan tu desarrollo profesional

 

¿Cuándo?

Sábado 31 de Agosto 2019

¿Modalidad?

Presencial (Manda un mensaje de whatsapp a 5533183140 para ver si calificas para tomarlo on-line), toma en cuenta que si no eres capaz de moverte por el mundo, tal vez no te sirva este taller, No se pueden obtener mejores resultados haciendo las mismas cosas.

¿Dónde?

La sede será en nuestra sala de capacitación ubicada en Colorín 66 Col. Lomas de San Miguel, Atizapán de Zaragoza Estado de México

¿En qué horario?

Horario de Trabajo de 9:00 a 13:00

Aprende cómo hacer encuadres clínicos efectivos

Taller Psicoexperiencial
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