Freud en su teoría del desarrollo psicosexual expuso que los seres pasamos por varios estadios que llamo etapas, aquí describió el humano desarrolla su personalidad a lo largo de su infancia, para él fue un proceso discontinuo por el que todos pasamos, si completamos la etapa con éxito,  el resultado será una personalidad sana, si surge algún problema y no se resuelve en su momento aparecen las llamadas fijaciones que dejará a el individuo atascado en esta etapa, las etapas obtienen su nombre a partir de la parte del cuerpo que proporciona más placer durante el periodo que la etapa comprende.

La primera etapa va desde el nacimiento hasta los doce o dieciocho meses, se le conoce como etapa oral porque actividades de naturaleza oral son las que predominan como fuente de estimulación placentera, comer o chupar son ejemplos de esta etapa.

En mi surge aquí de importancia valorar si la madre del menor fue su cuidador principal y si este llego a presentar durante este periodo un estado depresivo, pues es frecuente encontrar madres que sufren depresión postparto o en algunos casos el abandono de su pareja y aunque para Freud el amor que nace del infante hacia la madre es debido a que ella lo alienta y le estimula sus zonas erógenas, estudios posteriores han determinado que la calidad de la relación entre la madre y el menor es importante para el adecuado desarrollo de la personalidad del infante, y dependiendo de lo enriquecedora que haya sido esta, le posibilita a conseguir la seguridad emocional, y para permitirle al menor que se encuentre potencializado para explorar su entorno, lo cual, le dará la posibilidad de desarrollarse mejor tanto física, mental y emocional.

La siguiente etapa se conoce como etapa anal debido a que Freud encontró este periodo asociado a los estímulos de la eliminación y retención de las heces, pues es por lo general durante este periodo que se da el entrenamiento del control de esfínteres es decir este periodo se caracteriza por que el niño experimenta un tipo de satisfacción sensitiva del esfínter y su teoría asienta que practicas demasiado estrictas o especialmente indulgentes con respecto al control del esfínter es que puede causar la fijación en esta etapa la cual concluye aproximadamente hasta los tres años de vida.

Preguntar a los padres sobre el control de esfínter del menor es también importante por que nos da la visión si el pequeño ha madurado acorde a la etapa, muchas veces los niños aparentan un desarrollo normal pues su estatura y peso es el adecuado pero algunas habilidades tardan en dominarlas, evaluando esto podemos darnos cuenta si al menor le ha costado desarrollarse en otras áreas, y algunas veces aquí podemos ver si hay descuido del cuidador primario como cuando hay un escaso contacto con la madre el cual es frecuente que suceda debido a la depresión mermando así las habilidades y retardando el desarrollo del menor, también es importante saber si el menor fue a guardería y fue allí donde se ha visto que el menor fue que alcanzo las habilidades funcionales de su edad como por ejemplo caminar. Pues el convivir con menores de su edad le estimula para ir consiguiendo madurar habilidades del desarrollo que muestran sus compañeros de la guardería. Algunas de las características que presentan en la adultez los individuos que presentan fijación en esta etapa sería el ser tacañas, desordenados, obstinados, desorganizados o exageradamente generosas con el dinero.

En la etapa fálica el niño entra cuando los órganos genitales se vuelen la fuente primaria de placer, es después de los tres años que se inicia esta etapa; es aquí cuando aparece (según la teoría freudiana) el complejo de Edipo, una de las partes más importantes en la teoría del desarrollo infantil. Esta teoría explica que los niños, cuando comienzan a centrar su interés en sus genitales, las diferencias entre el cuerpo femenino y masculino adquieren un mayor predominio. Es durante esta etapa que el niño se enamora de su madre, y ve al padre como un rival. Para resolver adecuadamente esta fase el niño la resuelve a través de la represión de los deseos sexuales hacia la madre y la imitación o identificación con el padre. Es importante saber si el menor tiene una figura paterna que no necesariamente tiene que ser el padre, pero la requiere para poder resolver esta etapa saludablemente, ya que aquí los niños van descubriendo la diferencia de género y reconociendo las similitudes que tiene con el padre, siendo estas similitudes las que le permitan al menor reconocer a que sexo pertenece e imitar y entender las conductas para en la juventud se enamore, una figura y relación con quien funge de figura paterna mediante el desarrollo saludable le sirve al menor para aprender a competir, conquistar, insistir para alcanzar una meta y esto le otorgara placer al menor indiferentemente del sexo al que pertenece

Entre los cinco y seis años que los niños entran en la fase de latencia esperando hasta llegar a la adolescencia donde reaparecen deseos y sentimientos sexuales dando inicio a la última fase del desarrollo psicosexual basado en la Teoría Psicoanalítica.

Referencias

Amara, G. (1999). El psicoanálisis. México: Tercer Milenio.

Bernstein, D. A., & Nietzel, M. T. (1982). Introducción a la Psicología clínica. México: McGraw-Hill.

Morris, C. G., & Maisto, A. A. (2011). Introducción a la Psicología. Mexico: Pearson.