A lo largo del tiempo se ha visto que existe una controversia en cuanto a la atención de los niños por parte de un terapeuta, en un principio los padres que acuden al terapeuta para que sus hijos reciban atención y no se dan cuenta que muchas de las ocasiones los problemas que presentan sus hijos son originados, por el entorno familiar en el que se desarrolla el menor; prueba de ello es que en la mayoría de los casos solo ven el problema reflejado en el menor y no con todo aquello que le rodea, buscan el apoyo e intervención con la finalidad de mejorar la situación emocional solo del menor sin tomar en cuenta que es asunto que involucra a toda la familia. 

Cuando estamos trabajando dentro de un proceso de terapia nos encontramos que cada uno de los menores tienen una identidad, pero está viene a ser un producto no concluido, ya que continuamente va sufriendo cambios conforme van transcurriendo algunos sucesos en su vida diaria, en algunas ocasiones estos son  propiciados por fenómenos sociales y culturales que se suscitan a su alrededor, lo cual con el paso del tiempo modifica su personalidad y forma de actuar; prueba de ello es que cada uno es un ser único con diferente forma de pensar aun cuando pertenezcan al mismo núcleo familiar, existiendo un intercambio de diferentes situaciones al interior del entorno familiar.

Debido a esto el terapeuta pretende llevar a cabo un trabajo de manera sistemática con cada uno de los integrantes de la familia, desde la función que cada uno desempeña dentro de su dinámica familiar; se debe tomar en cuenta el rol que cada uno asume y de esa manera proponer la forma en que va a intervenir cada uno para lograr que se obtengan los objetivos planteados en un principio del proceso de atención.

Con dicha intervención se busca una transformación de aquellos elementos que se consideran necesarios cambiar para así resolver los conflictos existentes con lo que se pretende mejorar y en ocasiones  modificar algunas conductas que deben ser cambiadas para resolver el problema inicial; hablar de educar implicará retos distintos para los padres de familia ya que se debe entender que ambos vienen de distintos entornos sociales y fueron educados de diferente manera, por lo que ellos al formar una familia con hijos propios deben de empezar a definir como quieren llevar a cabo su dinámica familia; así como los principios, valores, normas y limites que se lleven al interior de la misma.

Con todo lo mencionado anteriormente se puede decir que debemos reflexionar acerca de nuestra labor como terapeuta es decir,  mostrar un panorama más amplio en cuanto a lo que somos como personas, pero aún más como profesionales debemos de realizar, empezando desde la forma en que vamos a intervenir con cada uno de los integrantes de familia con que trabajemos ya que cada uno será de manera distinta y sus necesidades afectivas serán diferentes, dando con ello la apertura a cada una de las necesidades planteadas por los mismos, existiendo un buen caldeamiento para así poder intervenir de manera favorable con cada uno de ellos y lograr con ello un buen desempeño terapéutico; no se debe perder de vista que, son seres humanos a los cuales se deben respetar y valorar que asisten al proceso de terapia para ser apoyados para resolver situaciones emocionales o psicológicas que por sí solos no pueden resolver.

Como terapeutas también nos encontramos ante retos a los cuales se deben dar respuesta a través del desarrollo de competencias, durante nuestra formación se nos proporcionan elementos para poder llevar a cabo la intervención con los pacientes no obstante en ocasiones aun teniendo todo el conocimiento teórico en la práctica se debe actuar o implementar nuevas formas y técnicas que se adapten a las necesidades de cada uno de los pacientes con los que se trabaja, para así con ello tener los elementos suficientes para tener una intervención integral y total, que dé respuesta a las exigencias que el proceso terapéutico presenta; por tal motivo es importante que no solo se tenga la formación que se recibe sino que continuamente nos preparemos para estar a la vanguardia en cuanto a la atención terapéutica se refiere.

Es importante no perder de vista que la sociedad ha sufrido y/o desarrollado cambios tecnológicos, sociales, culturales, económicos, organizacionales que inherentemente han obligado a que cada una de las personas se prepare y adapte y dentro de ese proceso de adaptación es cuando existen los conflictos emocionales que llevan a un desequilibrio emocional para lo cual buscan la intervención del terapeuta; para con ello resolver y dar respuesta a todas aquellas situaciones que le provocan conflicto y para las cuales deben estar preparados para ser competentes dentro de la sociedad en la que se desenvuelve y dar respuesta a las exigencias planteadas sin tener conflicto.

Por último, no se debe perder de vista que somos profesionales de la conducta, la cual es una parte primordial dentro del desarrollo de las personas, debido a que para poder tener un desarrollo pleno y favorable en los diferentes ámbitos debe tener una buena estabilidad emocional que propicie un buen desempeño en cada una de las áreas en donde se desenvuelve ya sea familiar, social, laboral o personal.

Es por ello que considero que todas y cada una de las personas en algún momento necesitan acudir a terapia, pues  todos en algún momento requieren resolver situaciones personales y emocionales, siendo considerada como parte de la salud mental que debe existir en cada uno de nosotros para así poder tener un desarrollo pleno dentro de la sociedad.