Existen muchas personas que se sienten infelices, insatisfechas, devaluadas, pero que en la espera de encontrar su “media naranja”, viven anhelando el momento en el que esa otra mitad los haga sentirse completos, felices, satisfechos, sin darse cuenta que en realidad ese romanticismo mal entendido los llevará inevitablemente al fracaso, ya que para ser pleno como ser humano, tenemos primero que realizarnos autónomamente, siendo independientes, y sintiéndonos felices con nuestro propia auténtica individualidad.

Si hablamos acerca del amor, de la felicidad de vivir en pareja, de encontrar aquella persona con la que nos sentimos plenos, y con la que hombro con hombro construimos nuestra vida día con día, vale la pena mencionar también que esa lucha diaria debe ser realmente de dos.

 Algunos autores coinciden en la importancia de ver los conflictos de las parejas como motivos de crecimiento y comentan que dichas crisis deben ser aprovechadas para fortalecer su unión. Ciertamente como terapeutas, ese debe ser el principal objetivo de nuestra tarea al trabajar con parejas o familias, pues veremos como la vida estable, se refleja no solo en la funcionalidad de la pareja, sino en los miembros de la familia, en todos los ámbitos en los que se desarrollan.

Diferentes autores a través de la historia han tratado de definir el amor; la definición que propone Alberoni nos deja ver que es un proceso que lleva tiempo para consolidarse.

  “El amor verdadero –se dice- es un estado de felicidad continua, de

     permanente comprensión, de perfecto acuerdo, donde los pequeños

     desacuerdos se producen naturalmente. De otro modo no es amor

     verdadero. El amor verdadero, añade alguien, se alcanza poco a poco,

     con paciencia y sabiduría”. (Alberoni, 1979, pp.47)

En este punto, cabe hacer mención de los componentes que Stenberg propone para el amor: la intimidad, la pasión, y el compromiso, los cuales deben mantenerse en equilibrio constante para hacer una buena relación de pareja. La intimidad puede definirse como un sentimiento que fomenta la proximidad en la pareja, la conexión y el vínculo relacional. La pasión como la expresión clara del deseo y las necesidades; y el compromiso como la decisión de amar cada día a la persona, manteniendo ese amor en el tiempo.

El proceso de enamoramiento.

            En 1979 Alberoni clasificó el enamoramiento dentro de los procesos colectivos comparados a las revoluciones, ya que separan algo que estaba unido y une lo que se encontraba separado o dividido. Los dos seres entonces construirán una nueva realidad. Enamorarse por lo tanto es entrar a una existencia diferente desprovista de garantías.

¿Cómo hacer que el amor perdure?

            No teniendo seguro el amor es como te esfuerzas en mantenerlo, ya que enamorarse no es lo difícil, sino mantener vivo el amor. Podríamos decir por tanto que el amor requiere confianza, sufrimiento, y sacrificio, pero su recompensa desafía al tiempo y a la muerte.

ALGUNAS IDEAS PARA VIVIR MEJOR EN PAREJA.

            Si tan solo uno de los dos cónyuges modifica su comportamiento, la relación puede cambiar. También puede cambiar si cambia la forma de interpretar las cosas que el otro hace, o la manera en que se miran mutuamente. El responsabilizarse de lo que cada uno hace y describir claramente lo que no le gusta a cada uno es de mucha ayuda también. Evitar palabras que implican rechazo o desaprobación y cuidar la manera en que se comunican. Aprender a ceder en ciertos puntos en Pro de la pareja ayuda a mantener vivo el amor, entre muchas otras cosas que la pareja puede esforzarse a hacer para mantener viva la relación.

            Podríamos establecer como una estrategia para encarar con optimismo la relación de pareja, que cuando el otro haga algo que no le agrade al cónyuge, se intente vehementemente atribuirle una explicación pasajera y concreta, en lugar de buscarle causas permanentes.

LAS RELACIONES DE PAREJA POSITIVAS Y SUS CONSECUENCIAS EN LA FAMILIA.

A través de investigaciones realizadas a lo largo del tiempo, se ha hecho notable la importancia de llevar una vida emocional estable o satisfactoria para el buen funcionamiento de nuestro organismo, ya que ésta se ve reflejada en nuestra salud física, en nuestro desempeño familiar, laboral, y social en general.

            Todos atravesamos por problemas en nuestras relaciones, cuando hay un desbalance, la decisión de separase empieza a hacerse presente, sin embargo, al ir sorteando las diferencias y luchar por mantenerse unidos, el resultado, cualquiera que éste sea, produce un sentimiento de satisfacción para quienes lo experimentan.

            La doctora Eguiluz menciona algunas estadísticas que arrojan datos respecto a la felicidad y el matrimonio, en las cuales se afirma que 40% de las personas que están casadas dicen ser “muy felices”, en tanto que el 23% de las personas que nunca se han casado dicen serlo también, por lo que se hace notable que el vivir en pareja produce sensación de felicidad en un porcentaje mayor de personas.

            También se ha encontrado que las personas casadas soportan mejor las tragedias como la Gran Depresión, la pobreza, o menopausia, sufriendo menos de enfermedades como la depresión o trastornos de tipo hormonal en general en las mujeres.

            Si se toma en consideración que la primera educación que se recibe proviene de la familia, (ya que la segunda es la pareja), entenderemos el trascendental papel que juega la estabilidad de la pareja en el desarrollo de una actitud positiva de los hijos, que se reflejará a través de su desenvolvimiento funcional, tanto en el ámbito escolar, como en el laboral, y social, presentando un marcado interés, al buscar pareja, en aquellas personas con las que puedan entablar relaciones duraderas.

CONCLUSIONES

             Es oportuno mencionar que mantenerse optimista, y positivo respecto a las relaciones de pareja, ayudará a mejorar la perspectiva que se tiene actualmente en nuestra sociedad, ya que muchas personas, jóvenes y adultos han perdido la esperanza en la posibilidad de encontrar la felicidad viviendo con otro ser con el que se comparten momentos de alegría, de satisfacción, de salud, de buenas decisiones, pero con el que también se comparten tristezas, sinsabores, errores y malos momentos.

            La aventura vivida cotidianamente con una pareja requiere esfuerzo, paciencia, disciplina, y compromiso, gozando de complementariedad y reciprocidad, pero al mismo tiempo de individualidad y respeto. No es una tarea fácil, pero vale la pena intentarlo…o por qué no, darse una nueva oportunidad

REFERENCIAS

Alberoni, F. (1980), Enamoramiento y amor, Barcelona, España: Gedisa.

Borsato, B. (2001), El amor inteligente en la vida de pareja, España: Sal Terrae     

Eguiluz, L. L., (comp.) (2007), El baile de la pareja. Trabajo terapéutico con

   parejas, México: Pax México.

Eguiluz, L. L., (comp.) (2007), Entendiendo a la pareja, México: Pax México.

Haley, J., (1980), Terapia para resolver problemas. Nuevas estrategias para una

   terapia familiar eficaz, Buenos Aires, Argentina: Amorrortu.