Viernes por la noche, Ana se arregló lo más hermosa posible para salir a cenar con su novio Omar y ahí estaban en un restaurante charlando amenamente, ella lucia feliz y radiante, hasta que se percató de una mujer que caminaba frente a ellos, observa como Omar voltea la cabeza y sus ojos recorren la silueta de aquella mujer, por un tiempo determinado la sigue con la mirada, él intento seguir en la conversación con Ana pero era evidente que su mente se había perdido en el cuerpo de aquella mujer, en ese momento la felicidad de Ana desapareció y se le vino un aluvión de emociones: celos, tristeza, enojo e inseguridad y comenzó a cuestionarse ¿Ya no soy suficientemente atractiva para él?, ¿Qué estoy haciendo mal? Se te hace familiar; ¿Quieres saber por qué pasa esto? Y ¿Qué puedes hacer?.
Comenzaré por explicar el comportamiento de tu pareja desde un aspecto biológico, es muy importante que sepamos que la mujer y el hombre no solo son diferentes por el aspecto físico, sino también por un aspecto biológico. Gracias a las resonancias magnéticas científicos descubrieron que existen diferencias anatómicas entre hombres y mujeres, prácticamente en todo el cerebro. Hotman y Swaab (1989) descubrieron que el área pre-óptica que regula el comportamiento de apareamiento en los hombres es 2,2 veces más grande y tienen el doble en número de células a comparación de la mujer. Y en este punto debes de estarte preguntando ¿y que tiene que ver esto?; Ogas y Gaddan (2011) explican que cuando el campo visual del hombre aparece un estímulo positivo (en este caso una mujer atractiva) se activa parte de su cerebro relacionadas con la sexualidad, involucrando el comportamiento de apareamiento y teniendo en cuenta que el hombre tiene el doble de número de células es más común que voltee a ver ese estímulo a comparación de la mujer, entonces tenemos que tener en cuenta que es parte del sistema básico del hombre, como dice Louann Brizendine (2010) autora del libro El cerebro masculino: ¨el que los hombres volteen a ver a otras mujeres es culpa del cerebro¨; ya que como se explicó arriba es porque su búsqueda sexual es mayor a comparación que el de la mujer.
Imagino que estarás pensando entonces tengo que soportar que mi novio este viendo a todas las mujeres atractivas que se atraviesen en su campo visual, bueno pues aquí viene la segunda parte.
Muchos de los motivos principales cuando asisten a psicoterapia son por esta razón, peleas, celos, desconfianza, inseguridad y enojos entre las parejas por esta acción. Es cierto que hay diferencia sexual debido a factores biológicos pero también es importante saber que pueden ser modulados socioculturalmente, sobre un modo cognitivo.
Es imposible que el hombre no se percate de la presencia de una mujer atractiva, pero aun así el hombre es completamente capaz de controlar su comportamiento, un hombre maduro y con meta-cognición será lo suficientemente consciente de percatarse de lo que está haciendo y reflexionara entorno a ellos; de esta manera no cruzara los límites que como pareja se han puesto, hará todo lo posible por no hacer algo que le cause daño a su pareja, demostrándole que hay respeto por ella y la relación. Entenderá que no solo es mirar a otras mujeres, sino que al hacerlo no está teniendo ningún tipo de miramiento hacia el daño emocional que le puede estar causando a su pareja; pero estamos conscientes de que no todos los hombres han llegado a este punto de entendimiento, entonces; ¿Qué hago en el caso de que mi pareja voltee a ver a otras mujeres en mi presencia y me haga sentir incomoda?
Te daré 4 puntos que creo que es importante llevar acabo:
Termino con esta frase:
El amor no significa no tener discusiones, el amor es sanar cada diferencia con empatía, tolerancia y respeto.
Referencias:
Verona, J. A. G., Macías, J. A., Pastor, J. F., de Paz, F., Barbosa, M., Maniega, M. A. & Boget, T. (2003). Diferencias sexuales en el sistema nervioso humano. Una revisión desde el punto de vista psiconeurobiológico. International Journal of Clinical and Health Psychology, 3(2), 351-361.
Ogas, O. & Gaddam, S. (2011). A billion wicked thoughts: What the world’s largest experiment reveals about human desire. Dutton/Penguin Books.
Brizendine, L. & Moreno, M. P. (2010). El cerebro masculino. RBA.
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