Como es bien conocido, los seres humanos somos seres gregarios, y a pesar de que no tenemos huella (fósiles) de los orígenes del primer gesto sensible y tierno de amor, podemos hacer hipótesis al respecto, tomando en cuenta la evidencia que la antropología ha encontrado alrededor de la época de la evolución, que coincide con la llegada del Homo sapiens a la tierra, donde se puede demostrar una forma de relación entre humanos que implica apego, lo que puede considerarse como los inicios de las relaciones de pareja.

            A través de la historia, el concepto e interacciones de la pareja, ha ido modificándose significativamente, desde sus orígenes en la época del paleolítico-neolítico con la distribución de tareas entre los sexos, pasando por el mundo Greco-Romano con la aparición del divorcio en la alta sociedad, la Edad Media con la iglesia extendiendo su poder sobre el matrimonio y desarrollando el culto a la virginidad, hasta la Época Moderna con la aparición de los anticonceptivos, la inserción de la mujer a la vida laboral y el bosquejo de un nuevo tipo de pareja con una mujer más independiente, letrada y un hombre menos soberbio, más preocupado por su pareja, con una sexualidad más sensual y pausada que reemplaza la destinada exclusivamente a la procreación.

            A continuación, tocaremos algunos puntos importantes que nos llevarán a reflexionar acerca de los cambios que se han presentado en la vida en pareja y de la importancia de la intervención terapéutica, como apoyo para lograr una convivencia sana.

LA VIDA EN PAREJA

            Se necesita aprender a vivir en pareja, lo cual se facilita si ha habido buenos modelos de pareja de sus respectivos padres, o si se trabaja para conseguirlo. Dificultándose, por el contrario, si uno de los dos, o ambos, son personas demasiado centradas en sí mismos, inflexibles, envidiosas, poco tolerantes, pesimistas, con pocas habilidades de comunicación o muy apegadas a su familia de origen.

            Toda pareja se constituye y desarrolla en un contexto social, que define cómo debe ser esa relación.

CAMBIOS IMPORTANTES DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS:

            En los últimos veinticinco años, se han dado cambios en la relación de pareja, entre los que podemos mencionar: inserción de la mujer al trabajo asalariado (ya no solo trabaja el hombre de la casa), menos condena ante la separación, mayor participación del varón con los hijos, menos condena a la madre soltera y mayor aceptación de las parejas homosexuales. Aunado a lo anterior, se han presentado cambios importantes en la sexualidad, entre los que incluimos: caída del tabú de la virginidad, al cuestionarse las reglas de la autoridad; presencia más temprana de las relaciones sexuales; mayor igualdad de género; mayor exigencia de rendimiento sexual; demostración más abierta del amor de pareja en diferentes contextos, así como la fidelidad como una decisión y no como una obligación.

            Las expectativas, es decir, lo que se espera de la pareja, también ha sufrido cambios importantes en los últimos años. El matrimonio ya no es requisito para acceder a la sexualidad y tampoco es el único camino para la emancipación de la familia, ni para ser padre o madre si así se desea. Tampoco se maneja ya el concepto de: “para toda la vida” o “hasta que la muerte nos separe”.

            Los rituales alrededor del matrimonio también han sufrido algunas modificaciones, entre las que encontramos los siguientes: menor importancia en la ceremonia civil o eclesiástica, mayor participación de los varones en la organización de la ceremonia, mayor aceptación de rituales mixtos, desaparición de la ceremonia de “pedida”, originalidad en la entrega del anillo y participación de hijos de uniones previas en la ceremonia.

PROBLEMÁTICAS ACTUALES DE LAS PAREJAS:

            Las parejas subsisten como organización, a pesar de los cambios, las contradicciones y las crisis, ya que son la cédula de la organización social que tiene como fin la perpetuación de la especie, permitiendo la emancipación de la familia de origen y siendo la fuente de reaseguro sexual. Además, constituyen un rol importante en la confirmación de la identidad de ambos cónyuges y contribuyen al concepto de sentirse completo, además de brindar un sustrato afectivo y/o económico en base a la idea de que podemos hacer más los dos juntos (como comprar una casa, por ejemplo)

            Sin embargo, vale la pena mencionar los mitos constitutivos de las parejas, que aun cuando afortunadamente van en declive, siguen vigentes en la actualidad, siendo los principales: “lo(a) cambiaré cuando nos casemos”, “seré feliz cuando me case”, “si me ama sabrá cómo me siento”, “nuestro matrimonio es perfecto”, “nuestras familias se mantendrán al margen”, “el amor se mantiene inalterable en el tiempo”, “amar es estar siempre juntos y de acuerdo”. Al conservar estas ideas, los individuos inician una relación con una expectativa totalmente equívoca, propiciando posibles conflictos en el futuro.

            El hecho de que el rol de la mujer ha ido evolucionando en las últimas décadas, ha influido enormemente en la dinámica de la pareja de hoy en día. Como sabemos, la mujer generalmente es la que desea legalizar la unión, pero el valor femenino de la maternidad ha dejado de ser la única vía de su realización, siendo algunas veces incluso más fuerte económicamente que su pareja.

            Otra problemática común en estos tiempos la constituye la presencia de hijos de uniones anteriores de uno o los dos cónyuges, así como el ex o la ex formando parte del universo de la pareja.

            Los retos en la asimilación de todo este cúmulo de experiencias nuevas, ha provocado que las parejas acudan a consulta en la actualidad, por problemas diversos que van desde: la dificultad con la comunicación efectiva; infidelidad de él, de ella, o de ambos; relaciones sexuales disfuncionales; problemas con los hijos en sus diferentes etapas; exceso de apego o desapego con la familia de origen, de uno o los dos cónyuges; exceso de trabajo o inasistencia regular a casa; problemas con la economía doméstica; hasta problemas por la dependencia al alcohol o drogas, de uno o ambos cónyuges.         

CONCLUSIONES:

            Como vimos en estas breves líneas, el concepto de pareja ha evolucionado durante toda la historia de la humanidad, presentando invariablemente, diferentes retos en cada etapa de su ciclo de vida.

            Las últimas décadas, sin embargo, son especialmente notorias para nosotros, ya que son las que hemos vivido y atestiguado. Por un lado, a pesar de que nos percatamos de que la mujer ha alcanzado un papel más igualitario que el hombre en el entorno laboral, también vemos, por otro lado, el desconcierto que causa en el varón (y por ende en la dinámica familiar), al modificarse totalmente el papel de proveedor que le brindaba identidad hasta hace relativamente poco tiempo.

            Todo lo antes mencionado, nos lleva a concluir que, con la ayuda de un especialista calificado, las parejas en la actualidad pueden librar con éxito las batallas implícitas de cada etapa que viven, beneficiando a todas las partes involucradas, al lograr una convivencia más sana.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

• Biscotti, O (2006) Terapia de Pareja. Una mirada sistémica. Buenos Aires: Lumen
• Eguiluz, L. (2007) El Baile de la Pareja. México: Pax
• Pittman, F (2003) Mentiras privadas. La infidelidad y la traición de la intimidad.

Buenos Aires: Amorrortu Editores