Con mucha frecuencia recibo en mi consultorio a padres consternados porque en la escuela, los profesores identificaron a sus hijos con un probable diagnóstico de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Las emociones que esto les genera pueden ser muy variadas, desde la negación, la ira y la frustración, hasta incluso, la vergüenza y la culpa. Cuando buscan la atención en consulta, además de solicitar la confirmación (o el descarte) del diagnóstico, esperan la prescripción de un tratamiento o intervención que pudiese poner fin al problema, cual si se tratase de una enfermedad del tipo de las infecciosas, en las que el tratamiento con un medicamento, administrado religiosamente por un periodo breve, termina en un instante con la dolencia en cuestión.

Pero tenemos aquí un fenómeno mucho más complejo, dado que el TDAH también se relaciona con factores en los que la familia desempeña un rol importante en la situación. A continuación, señalaré algunos puntos importantes en los que la investigación reciente ha puesto de manifiesto la relación entre el TDAH y la familia:

En primer lugar, está el tema de la heredabilidad. Las investigaciones actuales indican que el TDAH es una enfermedad altamente heredable (aproximadamente en un valor del 80%). Los estudios con familias reportan una fuerte asociación del TDAH en familiares directos. Se habla de que los familiares en primer grado de pacientes con TDAH tienen de 2 a 8 veces un riesgo incrementado de desarrollar el trastorno y que hasta un 25 a 30% de los niños con TDAH, tiene al menos un padre con el diagnóstico, mientras que un porcentaje aún mayor, tendrá padres con rasgos de TDAH, que no cumplirán completamente los criterios requeridos para el diagnóstico clínico.

En segundo lugar, mencionemos el tema de la psicopatología. Se sabe que la presencia de psicopatología en los padres ya sea por heredabilidad o por situaciones en el ambiente en el que se desenvuelven, puede tener repercusiones en la crianza y el bienestar del niño. La presencia de TDAH en algunos de los padres parece dificultar las habilidades en la crianza. Los adultos con TDAH tienen menor habilidad para controlar las actividades de sus hijos, administran mal el dinero, presentan problemas para la planificación de las tareas en casa, las relaciones sociales, de pareja, así como en el trabajo. Asimismo, los niños con problemas de conducta pueden ocasionar alteraciones en la salud mental de los padres, como la ansiedad y la depresión.

En tercer sitio, está el tema de la crianza y los estilos parentales. Existen una amplia literatura que señala que el tener un hijo con TDAH, dificulta la crianza para los padres, por una variedad de factores como los siguientes:

• Conducta impredecible ante la severidad de conductas problemáticas.
• Alteraciones en las relaciones matrimoniales con los hermanos y con la familia extensa.
• Aislamiento social de los padres: menor cantidad de visitantes en su casa y disminución de las visitas fuera de casa.
• Dificultades en la escuela: relaciones con los maestros, mayores demandas de planificación y supervisión de las tareas escolares.
• Sentimientos emocionales de frustración, culpa, desesperación y agotamiento.
• Dilemas a la hora de la medicación, que incluyen esfuerzos por encontrar la correcta prescripción y dosis.

Debido a que los métodos de disciplina usuales no funcionan, los padres pueden empezar a emplear métodos inconsistentes y cada vez más coercitivos adoptando estilos parentales disfuncionales, autoritarios o demasiado permisivos. Pero la relación, tiene un sentido en ambas direcciones, pues los padres de niños con TDAH se ven también afectados por las conductas de sus hijos. Los estudios demuestran que se ven a sí mismos como menos competentes y satisfechos con su rol parental. Esta situación va a repercutir en el desarrollo emocional del niño, creando un círculo vicioso que empeorará toda la problemática.

De todo lo anteriormente expuesto, se concluye que, tanto a la hora de la evaluación como de las intervenciones, es necesario considerar a la familia en su conjunto, para tener una mayor probabilidad de éxito. Si no involucramos a los padres y establecemos una buena alianza terapéutica con ellos, será más difícil alcanzar los logros y objetivos propuestos en el tratamiento. 

Bibliografía

Faraone, S. V., Perlis, R. H., Doyle, A. E., Smoller, J. W., Goralnick, J. J., Holmgren, M. A., & Sklar, P. (2005). Molecular genetics of attention-deficit/hyperactivity disorder. Biological psychiatry, 57(11), 1313-1323.

Goos, L. M., Ezzatian, P., & Schachar, R. (2007). Parent-of-origin effects in attention-deficit hyperactivity disorder. Psychiatry research, 149(1-3), 1-9.

Faraone, S. V., Perlis, R. H., Doyle, A. E., Smoller, J. W., Goralnick, J. J., Holmgren, M. A., & Sklar, P. (2005). Molecular genetics of attention-deficit/hyperactivity disorder. Biological psychiatry, 57(11), 1313-1323.

Ryan, E. E. (2002). AD/HD symptoms in parents of children with AD/HD: Impact on family functioning (Doctoral dissertation, University of North Carolina at Greensboro).

Low, S. M., & Stocker, C. (2005). Family functioning and children’s adjustment: associations among parents’ depressed mood, marital hostility, parent-child hostility, and children’s adjustment. Journal of family psychology, 19(3), 394.

Bullard, J.A. (1997). Parent perceptions of the effect of ADHA child behaviour on the family: The impact and coping strategies. Disertation Abstratcts International: Section B: The Sciences and Engineering, 57 (12B), 7755.

Grau Sevilla, M. (2007). Análisis del contexto familiar en niños con TDAH. Universitat de València.