TDA-H  vs Estilos de crianza

TDA-H vs Estilos de crianza

 

Por Rosa María Lara Murillo

Por Rosa María Lara Murillo

Mucho se habla de las situaciones conductuales y problemas de aprendizaje que presentan los niños en los niveles educativos básicos (preescolar, primaria, e incluso en secundaria), por un lado, los padres piensan que la escuela debe hacerse cargo de ellos mientras que la escuela pide a los padres que atiendan a sus hijos. Lo cierto es, que mientras se decide a quién le toca esta tarea, los niños van retrasando el desarrollo de ciertas habilidades para el aprendizaje y para la vida, de acuerdo con la etapa de desarrollo que tengan y el nivel educativo en el que se encuentren.

Más allá de saber que algunos niños están teniendo problemas para concentrarse y aprender, es necesario entender qué sucede con ellos y por qué presentan ciertos comportamientos que llaman la atención de sus maestros durante el proceso de enseñanza-aprendizaje.

El Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad, mejor conocido como TDA-H es aparentemente la causa principal de que los niños no se concentren para aprender. Se define como “un trastorno de origen neurobiológico que se caracteriza por la presencia de tres síntomas típicos: déficit de atención, hiperactividad motora o verbal e impulsividad” (Fundación, 2011, pág. 10)

Está comprobado que este trastorno existe y que algunos niños lo presentan, sin embargo, considero que, en otros casos, la causa de su falta de atención o comportamiento inapropiado no es derivada de este padecimiento. En muchos casos el origen real de los problemas conductuales y de aprendizaje en edades tempranas tienen que ver más con el estilo de crianza que con el propio TDA-H.

Es necesario conocer algunas pautas respecto a este trastorno antes de diagnosticar a un niño o niña con esta condición, por ejemplo:

  • Que el TDA-H es un trastorno del neuro-desarrollo, es decir, de origen neurobiológico.
  • Esta alteración genera un retraso en la adquisición de habilidades significativas en los niños, principalmente en la atención y las habilidades de funcionamiento ejecutivo (memoria de trabajo, toma de decisiones, flexibilidad cognitiva, razonamiento, planificación y control inhibitorio).
  • Este trastorno presenta un alto porcentaje de heredabilidad (hasta 80%), es decir, que es muy probable que uno de los progenitores de ese niño o niña con TDA-H también lo padezca.
  • Lo debe diagnosticar un profesional en el área.
  • Estos comportamientos deben observarse por lo menos en los últimos seis meses y en tres entornos diferentes: escolar, social y en el hogar.

Por otra parte, considero de igual importancia tomar en cuenta pautas que competen a los padres de familia de acuerdo con los estilos de crianza, así como a educadores en su estilo de enseñanza. ya que pueden confundirse con los síntomas antes mencionados, por ejemplo:

  • Negligentes: su nivel de exigencia es muy bajo, están ausentes física y emocionalmente, delegan la responsabilidad en los propios hijos o en los cuidadores.
  • Permisivo: ejercen una formación con poca firmeza, sin límites, las reglas son escasas o se aplican de forma inconstante, ceden el control a los hijos de sus propias actividades.
  • Autoritario: forman con un alto nivel de exigencia y poca sensibilidad o afectividad. Priorizan la obediencia y el control, establecen normas rígidas y castigan con dureza la transgresión.
  • Democrático: establecen un control moderado, establecen normas coherentes y las aplican con constancia, respetan los intereses y personalidad de sus hijos, acompañan sus exigencias con argumentos, fomentan su autonomía.

De acuerdo con estas pautas, los niños mantienen un comportamiento igual o de similar dentro de un salón de clases, en casa y en lugares públicos, por lo tanto, al maestro de grupo y/o padres de familia les resulta complicado el manejo conductual o atencional de estos niños porque no respetan normas, están inquietos la mayor parte del tiempo, no respetan límites, o pueden mostrarse dispersos, ensimismados, no responden a las actividades que se les plantea, pudiendo entonces confundirse con posible TDA-H.

La invitación en este artículo es precisamente para toda persona adulta que esté a cargo del cuidado integral de niños y adolescentes de voltearse a ver, permitirse analizar y reflexionar sobre la manera en la que han ejercido la autoridad, la afectividad, la aplicación de reglas y consecuencias, la presencialidad y la responsabilidad que esto conlleva.

Referencias:

Fundación, A. (2011). El alumno con TDAH. México: Mayo ediciones.

Isidro, S. (2022). R. Blarkley y el TDAH. Obtenido de fundacióncadah.org: https://www.fundacioncadah.org/web/articulo/dr-russell-barkley-tdah-mas-que-un-problema-de-atencion.html

Diplomado en psicología clínica

Atenta invitación

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