Quien cuida a un niño no puede ser un espectador
Por Vázquez Velasco Melva Hortensia
Por Vázquez Velasco Melva Hortensia
Cuando hablamos de criar, hablamos de responsabilidad ante un otro, de acompañarle en su desarrollo físico, intelectual, social y emocional. Preocupada por lo que puedo observar dentro de mí práctica, me cuestiono ¿Qué es la crianza en estos tiempos? Los padres o personas cuidadoras vierten sus esfuerzos en brindarles lo necesario para mantener su desarrollo físico. Como terapeuta me he encontrado con adultos preocupados por brindarles las condiciones necesarias para garantizar sus necesidades básicas de alimentación, higiene y salud, para mantener su sobrevivencia. Dejando de lado lo social, intelectual y emocional, ámbitos del desarrollo que en la primera infancia son fundamentales para el sano desarrollo de los infantes.
Vivimos en una sociedad en la que el adulto tiene que responder a la demanda de un mundo neoliberal (libre mercado) done todo se convierte en cosas que consumir y ser consumidos, lo que ha desarticulado la relación con los otros, comenzando por nuestras primeras relaciones. El encuentro parece distante, están ocupados casi siempre.
Los padres y cuidadores con los que he tenido oportunidad de trabajar muestran gran preocupación por estar haciendo las cosa bien, por darles a sus hijos lo que necesitan y cuando se han esforzado y las cosas no salen como las han pensado, algunos padres acuden a pedir ayuda, buscando repuestas que ellos creen saber.
Observo como una queja se vierte al hablar de sus hijos, “que no saben, les falta, están atrasados, no obedecen, no están atentos, no comen, lloran por todo” y así se puede seguir la lista.
Los niños, esos pequeños seres que pareciera que no saben, llegan algunos tímidos, otros curiosos, pero todos con saberes. Trabajar con los padres de esos pequeños siempre resulta más agobiante, ellos quieren respuesta y no procesos, aquí es donde nos encontramos ¿qué es criar? sino un proceso que lleva tiempo, tiempo para escuchar, tiempo para observar, para compartir, para entablar una conversación, para enseñar a través de ejemplo, para la equivocación (que es ahí donde verdaderamente se aprende) para el juego, tiempo para estar.
Trabajar con el niño es trabajar con los padres o sus cuidadores, es ahí donde se encuentran casi siempre las faltas de los niños, son los adultos a cargo quien vuelca gran parte de sus carencias en ellos, así es como comenzamos la crianza, no con el niño o la niña, sino con el adulto al cuidado de ellos.
Los adultos no pueden ser simples espectadores del proceso de desarrollo de los menores, se requiere de ellos, su intervención a cada paso, involucrarse en el mundo del niño, conocer sus interés, escucharlos, brindarle tiempo para el cuento, el juego, la comida, las caminatas.
Criar es poder reconocer que estoy en el mundo, que yo soy otro, que mi hijo no es una extensión de mí, sino otro, no una réplica de mi vida, sino una vida a quien acompañar brindándolo lo que sabemos y también lo que ignoramos.
Para cuidar no se puede ser espectador, se tiene que poner la vida en actos, equivocase, y dejar que los niños también lo hagan, estar atentos, más no encima de ellos.
Reconocer nuestras carencias como adultos para no repetirlas, el trabajo con los padres siempre empieza por el reconocimiento de su propia infancia, que nos dicen con cada palabra, “donde se empieza reconociendo, empieza el cambio” y si bien no hay una fórmula para ser buenos padres, siempre se puede ser mejor que el que nos antecedió. A los padres les gustaría que les diéramos el manual de instrucciones para cuidar a los niños, pero cada uno es unico así como cada padre y familia.
Ser padre, madre o cuidador es algo que no nacemos sabiendo, casi siempre es por ejemplo de nuestros ancestros, vertimos en nuestras pautas de crianza lo que hemos aprendido.
“Es fundamental recupera la noción de crianza en un mundo que cada vez más desconoce a los niños y los piensa como seres incompletos o, peor, futuros consumidores” (Lutereau, 2021)
Pensar como estamos criando en estos tiempos, que adultos esperamos para el fututo, pero que estamos construyendo en el presente, las niñas y los niños son ahora, podemos como adultos brindarles grandes experiencia y casi siempre es con nada de dinero, solo tiempo, tiempo que ellos necesitan ahora.
Referencia:
Lutereau, L. (2021). Màs crianza menos terapea. En L. Lutereau, Màs crianza menos terapea (pág. 224). Ciudad Autonoma de Buenos Aires: Paidos.
Diplomado en psicología clínica
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