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Población invisible: los hijos de mujeres reclusas

 

Por Natalia de Jesús Núñez Alcántara

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Por Natalia de Jesús Núñez Alcántara

Introducción

 

La sociedad mexicana tiene una creencia arraigada respecto al rol que debe cumplir una mujer, más aún si esta es madre. Se cree que es ella quien debe ver por los hijos y la familia por lo que se le considera el pilar y la cuidadora principal dentro de la misma; ella debe ser sumisa, pasiva, obediente entre otras. Es por esto que cuando una madre comete un delito hay un mayor reproche social hacia ella señalándola, principalmente, como mala madre y desnaturalizada lo que provoca en muchos casos que sus familias las abandonen; muy contrario a lo que sucede con los hombres, quienes a pesar de también tener una familia cuando cometen un delito, a ellos no se les juzga igual socialmente. Esto provoca que, en la mayoría de los casos, las mujeres no reciban ningún tipo de apoyo o continuidad del mismo ya sea por parte de sus familias o por asociaciones puesto que es mayor la demanda en comparación a los programas que se ofrecen tanto para las mujeres como para los hijos de estas.

 

De acuerdo a estadísticas, la mayoría de las mujeres reclusas tienen hijos. La Subsecretaría de Sistema Penitenciario de la Secretaría de Gobierno reportó que en el 2018 aproximadamente el 80% de las mujeres prisioneras en la Ciudad de México son madres; aunado a que, como lo menciona Townhead (2007), las mujeres son las únicas responsables de los niños y en la mayoría de los casos los padres no son responsabilizados de ellos a pesar de haber estado casados antes de la sentencia penal.

 

 

Por la situación y destino incierto con los hijos de las mujeres prisioneras, el temor de ellos podría desencadenar en ansiedad. Es importante resaltar que la ansiedad es un estado emocional en el que se experimenta temor y preocupación desbordante, en los niños se manifiesta mediante temores y miedos como, por ejemplo, a la separación de figuras de apego del niño. Si la ansiedad llega a un grado desproporcionado puede constituir una condición patológica (Amorós, Carrillo y Alcázar, 2003).

 

De acuerdo a Inciarte, Sánchez y Ocando (2010) dentro de las principales consecuencias psicológicas de los niños con madres reclusas se encuentra la ansiedad al igual que la depresión y el estrés que a su vez se relacionan con dificultades sociales, la autoestima y la autorregulación.

 

Para Gold (2006) el trastorno de ansiedad de separación es el que tiene mayor incidencia en la niñez cuyos pensamientos catastróficos son aquellos en donde los niños creen que los padres los dejarán abandonados en algún lugar o que los llevarán a algún sitio con este objetivo. Este tipo de trastorno está acompañado por dolores de cabeza y estómago principalmente, además de que podría convertirse en trastorno de pánico en la etapa adulta, por lo que es importante una adecuada intervención oportuna para prevenir que la ansiedad repercuta en el niño el resto de su vida.

 

Discusión

 

A pesar de que la ansiedad puede presentarse en cualquier momento del desarrollo humano, ésta puede tener causas reales o no. En el caso de los niños de entre 6 y 9 años de edad el principal temor es a ser separado de sus padres o que les suceda algo como una enfermedad o muerte que provoque que ya no estén con él; estos temores se consideran normales por lo que generalmente disminuyen o desaparecen conforme avanza el desarrollo del niño, sin embargo existen casos en los que los síntomas incrementan principalmente si existe una causa real y de no atenderse puede llegar a convertirse en un trastorno de ansiedad (Fernández, 2009; Rapee, 2016).

 

Una de las causas reales que provoca la ansiedad por separación en los niños es que su madre cometa un delito e ingrese a un penal, esto generalmente suele ser una situación que afecta al niño a nivel emocional y estabilidad por lo que el futuro de estos niños es incierto, de igual manera es incomprensible para ellos lo que está sucediendo con su mamá como los cambios que deben de atravesar al quedar al cuidado de algún familiar o de un albergue.

 

La ansiedad puede desencadenar otras consecuencias a nivel psicológico como depresión, estrés, irritabilidad, entre otras, las cuales pueden incrementar a largo plazo afectando su estabilidad emocional, salud física y relaciones afectivas ya que los niños de entre 6 y 9 años se encuentran en una edad en la que comienzan a establecer e interiorizar las bases para la socialización así como las normas, reglas y valores los cuales, al faltar la principal cuidadora, pueden llegar a aprenderlos erróneamente o dirigirse a los demás con violencia o timidez, es así como la ansiedad trae consigo repercusiones en la calidad de vida del niño.

 

Por lo anterior es importante que existan programas de intervención que brinden a estos niños una atención oportuna para el manejo de la ansiedad. Para que exista una adecuada atención es necesario primero determinar el nivel de ansiedad y así acordar el nivel de urgencia de la intervención. Existen diversas escalas y factores que se pueden considerar para diagnosticar la ansiedad infantil, dentro de éstas se encuentra la Escala de Ansiedad Infantil de Spence (SCAS) la cual puede ser aplicada directamente a los niños o existe su versión para que los padres o cuidadores sean quienes la respondan (Orgilés et al., 2012).

 

Por otra parte, se recomienda complementar las escalas aplicadas con una entrevista clínica que permita una mayor objetividad en el diagnóstico, así como las causas y el estilo de crianza y vida tanto del niño como de sus familiares o cuidadores que ayuden a orientar el tratamiento.

 

Muchos estudios y autores apuntan que el tratamiento o intervención debe ser cognitivo-conductual para que brinde al paciente técnicas y estrategias para reconocer, afrontar y reestructurar aquellas situaciones que causen ansiedad, así como involucrar en medida de lo posible a los cuidadores y demás familiares que convivan cotidianamente con el niño y así poder brindarle un ambiente en el que exista confianza, empatía y apoyo para sobrellevar la situación.

 

Conclusión

 

Por lo anterior, vemos la importancia de atender y dar seguimiento a las familias principalmente a los hijos de las mujeres reclusas con la finalidad de atender y procurar la salud mental y evitar o reducir la ansiedad u otras afectaciones a nivel psicológico. Considero que se trata de una población vulnerable que, además de atravesar por una situación y cambio en ocasiones imprevisto, pocas veces se les brinda la atención necesaria para evitar que se desencadenen problemas mayores ya que se encontró que la ansiedad infantil desencadena consecuencias a corto y largo plazo afectando su salud mental y física además de que existe la probabilidad de presentar adicciones en la adolescencia es por esto la importancia de brindar un tratamiento adecuado y oportuno para disminuir y evitar estas consecuencias.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Referencias

 

Amorós, M. O., Carrillo, F. X. M. y Alcázar, A. I. R. (2003). La terapia cognitivo-conductual en problemas de ansiedad generalizada y ansiedad por separación: Un análisis de su eficacia. Canales de psicología, 19(2), 193-204.

 

Fernández, A. M. (2009). Los trastornos de ansiedad en niños y adolescentes: particularidades de su presentación clínica. Psimonart, 2(1), 93-101.

 

Gold, A. (2006). Trastornos de ansiedad en niños. Archivos de Pediatría del Uruguay, 77(1), 34-38. Recuperado de http://www.scielo.edu.uy/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1688-12492006000100008&lng=es&tlng=pt.

 

Inciarte, G. A., Sánchez , C. G. y Ocando, R. F. (2010). Consecuencias psicosociales en niños cuyas madres se encuentran cumpliendo pena privativa de libertad. Revista de Ciencias Sociales, XVI(1), 154-165.

 

Orgilés, M., Méndez, X., Espada, J. P., Carballo, J. L. y Piqueras, J. A. (2012). Síntomas de trastornos de ansiedad en niños y adolescentes: Diferencias en función de la edad y el sexo en una muestra comunitaria. Revista de psiquiatría y salud mental, 5(2), 115-120.

 

Rapee, R. (2016). Trastornos de ansiedad en niños y adolescentes: Naturaleza, desarrollo, tratamiento y prevención. Handbook of Child and Adolescent Mental Health. Libro electrónico de IACAPAP. Geneva: International Association of Psychiatry and Allied Professions of Children and Adolescents.

 

Subsecretaría de sistema penitenciario. (2017). Población penitenciaria al 29 de diciembre del 2017. Recuperado de http://penitenciario.cdmx.gob.mx/poblacion-penitenciaria

                                                                                              Townhead, L. (2007). Mujeres en la cárcel e hijos de madres encarceladas. Ginebra, Quaker United Nations Office.

Diplomado en terapia de lenguaje

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