Cómo inculcar el pensamiento crítico en los niños: Una guía para padres

 

Por Solange Y. Arauz Ocampo

Por Solange Y. Arauz Ocampo

¿Alguna vez tu hijo te ha preguntado “¿por qué?” una y otra vez? Esa curiosidad natural es la base del pensamiento crítico. Como psicóloga, te invito a no apagar esa chispa con un “porque sí”, sino a acompañarla, fortalecerla y guiarla. El pensamiento crítico no es cuestionar por cuestionar, sino aprender a analizar, reflexionar y tomar decisiones conscientes. Según Lipman (2003), pionero en filosofía para niños, enseñar a pensar críticamente desde pequeños fomenta adultos más responsables, autónomos y empáticos.

 

Este blog está pensado para ti, mamá o papá, que quieres que tus hijos aprendan a razonar más allá de lo que ven, escuchan o repiten. Aquí encontrarás ejemplos, actividades y estrategias prácticas para hacerlo en casa.

 

¿Qué es el pensamiento crítico y por qué importa en la infancia?

El pensamiento crítico es la capacidad de analizar la información, cuestionar lo que se escucha y tomar decisiones con base en la reflexión, no en la simple repetición. Según Facione (2011), implica habilidades como interpretar, analizar, evaluar, inferir, explicar y autorregularse.

 

Ejemplo:

Tu hijo te pide un juguete nuevo porque “todos sus amigos lo tienen”. En lugar de responder con un “sí” o “no” inmediato, puedes preguntarle:

 

¿Qué beneficios tendría para ti tener ese juguete?

¿Hay otras formas de divertirte sin él?

¿Crees que lo quieres por ti o por lo que hacen los demás?

 

De este modo, no solo educas en consumo responsable, sino que lo guías a pensar más allá de la presión social, esto terminará asegurando la independencia de tu pequeños.

 

La importancia del pensamiento crítico en la vida del niño

 

El pensamiento crítico no es una habilidad que se quede solo en la escuela; acompaña al niño en cada etapa y en todos los espacios de su vida. Veamos cómo impacta en distintos aspectos:

 

En lo académico: Un niño que desarrolla pensamiento crítico no se limita a memorizar, sino que comprende lo que estudia. Esto lo hace más participativo en clases, mejora su rendimiento y lo prepara para resolver problemas con creatividad. Como dice Brookfield (2012), el pensamiento crítico permite que los estudiantes se conviertan en aprendices activos y no pasivos.

 

En lo social: El pensamiento crítico ayuda al niño a relacionarse mejor con otros, porque aprende a escuchar, respetar y también cuestionar opiniones de forma sana. Esto fortalece sus amistades y lo protege frente a la presión de grupo, ya que desarrolla su propio criterio.

 

En la familia: Un niño que sabe expresar sus ideas y razones puede comunicarse mejor con sus padres y hermanos. Esto evita malentendidos, mejora la convivencia y ayuda a que aprenda a negociar acuerdos en casa.

 

En la toma de decisiones: desde elegir con quién jugar hasta decidir cómo usar su tiempo libre, el pensamiento crítico permite que el niño tome decisiones más conscientes. Poco a poco, su cerebro se entrena para pensar en consecuencias y beneficios antes de actuar.

 

En su vida futura: Los niños de hoy serán los adultos de mañana. Un niño que aprende a analizar, reflexionar y cuestionar crece con más herramientas para enfrentar los desafíos del mundo: desde elegir una carrera, hasta participar activamente en su comunidad. Como afirma Facione (2011), el pensamiento crítico es una competencia esencial para la vida en sociedad.

 

Estrategias prácticas para fomentar el pensamiento crítico en casa

 

Aquí te dejo 5 estrategias que puedes utilizar con tus pequeños.

 

  1. Haz preguntas abiertas: este tipo de preguntas activa la imaginación y la capacidad de razonamiento. El niño no solo da una respuesta rápida, sino que conecta ideas, organiza sus pensamientos y entrena su memoria de trabajo, así como su cerebro lento, es que el encargado de pensar de forma lógica y no

 

Ejemplo: en vez de “¿te gustó la película?”, pregunta:

 

  • “¿Qué parte de la película te hizo pensar más?”
  • “¿Cambiarías algo del final? ¿Por qué?”

 

  1. Enseña a distinguir hechos de opiniones: diferenciar hechos de opiniones fortalece la capacidad de análisis. El niño aprende a no creer todo de manera automática, y su cerebro se ejercita en comparar y clasificar información.

 

Ejemplo:

 

  • Hecho: “El cielo está ”
  • Opinión: “Creo que va a llover porque el cielo está

 

  1. Promueve la lectura crítica: leer de esta forma activa la comprensión lectora y la empatía. El cerebro infantil conecta la historia con sus propias experiencias, lo que fortalece tanto el razonamiento como la inteligencia

 

Ejemplo: después de leer un cuento, preguntar:

 

  • “¿Qué quiso decir el autor?”
  • “¿Qué habrías hecho tú en su lugar?”

 

  1. Practica el “error como oportunidad”: cambia la percepción del En lugar de verlo como fracaso, el cerebro lo integra como aprendizaje. Esto

 

aumenta la resiliencia, mejora la memoria y fomenta la flexibilidad cognitiva de nuestro niños.

 

Ejemplo: si tu hijo se equivoca en un dibujo, pregúntale: leer de esta forma activa la comprensión lectora y la empatía. El cerebro infantil conecta la historia con sus propias experiencias, lo que fortalece tanto el razonamiento como la inteligencia emocional.

 

  • “¿Qué aprendiste de esto?”
  • “¿Qué harías diferente la próxima vez?”

 

  1. Modela el pensamiento crítico: los niños imitan más lo que ven que lo que se les dice. Al observar cómo piensas y decides, su cerebro desarrolla rutas neuronales ligadas a la toma de decisiones conscientes y a la autorregulación muy similares a las tuyas, por lo tanto aunque este blog es dirigido a acompañar a nuestros hijos en eldesarrollo del pensamiento critico, también puede ayudarnos a nosotros los adultos a ver las cosas como las veria un niño.

 

Ejemplo: al ver una noticia en redes, decir:

 

  • “Antes de compartir esto quiero verificar si es ”
  • “¿Esta información es útil para mi?”
  • “¿hace daño a alguien?”
  • “¿Cómo te ayuda a ser mejor persona?”

 

El pensamiento crítico es un regalo que los padres pueden ofrecer a sus hijos desde la infancia. No se trata de que los niños cuestionen todo sin sentido, sino de que aprendan a pensar por sí mismos, tomar mejores decisiones y ser más seguros y responsables. Con preguntas abiertas, juegos y conversaciones cotidianas, el hogar se convierte en el primer espacio donde el cerebro del niño se ejercita para analizar, reflexionar y crecer. Al acompañarlos en este camino, no solo los ayudamos en la escuela, sino que los preparamos para la vida.

 

Referencias

 

  • Brookfield, S. D. (2012). Teaching for critical thinking: Tools and techniques to help students question their assumptions. Jossey-Bass.
  • Facione, A. (2011). Critical thinking: What it is and why it counts. Insight Assessment.
  • Lipman, (2003). Thinking in education (2nd ed.). Cambridge University Press.

Diplomado en terapia infantil

Atenta invitación

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