La lectoescritura, pieza fundamental de nuestras sociedades, es la actividad que la mayoría de nosotros realizamos ya en automático, sin un esfuerzo aparente las letras que observamos un instante adquieren sonido y toman su significado dentro de nuestra mente. Para la mayoría de las personas leer no representa un gran desafío, lo hacemos tanto durante el día que incluso resulta imposible ver una palabra escrita y no leerla; pareciera que fuimos diseñados para ello, pero no es así. La lectura no es una actividad que se encuentre en la naturaleza humana puesto que no nacemos sabiendo leer ni aprenderíamos a leer de forma espontánea, la lectura es una habilidad compleja que de hecho requiere de grandes esfuerzos cognitivos, recursos lingüísticos y perceptivos para adquirirla y llevarla a cabo.
Carrillo y Marín (1996), desglosan de la siguiente manera el esfuerzo cognitivo al leer:
La complejidad de la lectura requiere identificar las letras, realizar una transformación de las letras en sonidos, construir una representación fonológica de la palabra, acceder a los múltiples significados de éstas, seleccionar un significado aproximado al contexto, asignar un valor sintáctico a cada palabra, construir el significado de la frase, integrar el significado de la frase para elaborar el sentido global del texto, realizar inferencias basadas en el conocimiento del mundo, etc.
Por su parte Torres y Granados (2014) toman en cuenta la velocidad de procesamiento, la atención, la percepción y la memoria como procesos cognitivos fundamentales para poder leer que se ven ya implicados desde la conciencia fonológica, y son procesos que se deberán poseer sin mayor alteración para adquirir la lectura de forma adecuada y sin problemas.
¿Qué sucede entonces con las personas que presentan necesidades especiales de educación como es el caso del síndrome de Down? Los especialistas indican que los métodos de enseñanza deberán adaptarse a las necesidades de cada quien y para ello es conveniente conocer las características de cada grupo. Troncoso y Del Cerro (1997) han estipulado con base en datos morfológicos y funcionales obtenidos de los cerebros que numerosos trabajos han comprobado que, en mayor o menor grado, suelen existir en las personas con síndrome de Down, problemas relacionados con el desarrollo de los siguientes procesos:
Para atender las necesidades especiales que suelen presentar personas con síndrome de Down, se han elaborado ya varios métodos que les permitan aprender a leer y escribir, si bien han sido creados por diferentes personas, Martín (2015) afirma que todos ellos llevan una secuencia similar y convergen en algunos puntos.
Aunque Comes (2006) y Troncoso y Del Cerro (1997) consideran que lo primero es trabajar la percepción global y las palabras de manera global utilizando los nombres de los miembros de la familia, así como enseñar también algún verbo, sustantivo y adjetivo, de modo que una vez aprendidos pueda reconocer en frases de dos y tres palabras; otros autores consideran que antes de este paso se deberá asegurar el buen estado de salud del estudiante y comenzar su formación con el entrenamiento de la atención, percepción y memoria (Down21-Chile, 2008).
Lo segundo sería trabajar las sílabas y letras de las palabras que anteriormente el alumno ha aprendido de manera global, en este punto no sólo se le habrán enseñado su nombre y los nombres de sus familiares, sino que ya habrá de reconocer al menos 50 palabras simples de uso frecuente. Tal como lo expone Martín (2015) algunos métodos tienen un orden específico de las letras que van a trabajar, comenzando por las más sencillas, otros no siguen ningún orden.
Finalmente, la última fase es la de progreso, en la que se pretende que se obtenga fluidez y soltura en la lectura que le permitan al alumno leer textos, cuentos y otros tipos de libros. Se hace hincapié en que el alumno comprenda lo que lee (Martín, 2015).
Con base en su investigación sobre los métodos para la enseñanza de la lectoescritura a personas con síndrome de Down, Martín (2015) destaca las recomendaciones, que, de manera general, todos estos métodos sugieren para asegurarse de que el aprendizaje se realice de forma óptima:
Referencias:
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