La terapia de pareja ante situaciones de separación o divorcio
Juan Daniel Servín Núñez
Pareciera ser que los conflictos de pareja que terminan en una ruptura familiar, como divorcios y separaciones, se están poniendo de moda a tal grado que se ha convertido en asunto cotidiano.
La ruptura de la relación de pareja no es en sí el conflicto, sino la consecuencia de un conjunto de inconvenientes, y problemas que se viven en el matrimonio, alterando así el sistema Socio-familiar y por ende obligando a sus subsistemas a reorganizarse estructuralmente.
La separación y/o divorcio no es sólo un proceso legal, algunas parejas en éste proceso atraviesan una serie de de crisis y tensiones asociadas a diversas emociones y estados psicológicos alterados que generalmente obstaculizan la capacidad para tomar las mejores decisiones para los hijos y para los involucrados, produciendo una serie de cambios a nivel personal, familiar y social que afectarán de forma negativa a su vida, generando muchos síntomas de estrés y malestar emocional. Por ello, es fundamental contar con el apoyo psicoterapéutico y/o psicológico pertinente para poder afrontar convenientemente la etapa vital en la que se encuentra.
Es importante destacar que cada proceso de separación suele ser diferente y el terapeuta deberá tener en cuenta la forma o manera en que se ha producido la misma, así como el nivel de relación existente entre sus miembros antes, durante y después.
La terapia de pareja o personal e individual en procesos de separación y divorcio intenta poner de manifiesto la problemática asociada a una ruptura de pareja para ayudar a anticipar los cambios que se producirán, pudiendo así apoyar al o los consultantes a enfrentar ésta transición. Se trata de que las partes en conflicto abandonen sus posiciones individualistas de tal forma que puedan crear algunas estrategias que ayuden a suavizar los desacuerdos, el terapeuta debe ser hábil en éste sentido y adoptar un rol mediador apoyándoles al mismo tiempo a que puedan mirar algunas situaciones o conflictos internos que estén bloqueando su capacidad para negociar de tal forma que pueda invitárseles a colaborar y adoptar una postura de solución de problemas, a partir de un campo común de intereses como puede ser el bienestar de los hijos.
La intervención terapéutica se puede realizar antes de separarse, durante o después del quiebre, y está dirigido tanto a individuos como a parejas o grupos familiares (padres, hijos abuelos…). Sin embargo la mayor parte de las intervenciones clínicas en México suelen dirigirse a los progenitores, son pocos modelos clínicos que contemplan a los hijos…
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