En la actualidad se puede decir que está de moda “tener inteligencia emocional” y escuchamos continuamente en el ámbito de la psicopedagogía el “control de las emociones”, algo tan inculcado hoy en día en las escuelas, claro está que las emociones juegan un rol muy importante en nuestras vidas y para poder trabajar en ellas lo primero que debemos hacer es reconocerlas y aceptarlas en uno mismo.

El concepto de inteligencia emocional fue acuñado por los psicólogos P. Salovey y J.D. Mayer en 1990 quienes propusieron una teoría amplia sobre la inteligencia emocional y en años recientes, otros teóricos han propuesto variaciones de la misma teoría, por ejemplo, el Dr. Hendrie Weisinger, con su obra “La Inteligencia Emocional en el Trabajo” (2001) aunque realmente la popularidad vino con la publicación del libro “La Inteligencia Emocional” (1995) y “La Inteligencia Emocional en la Empresa” (1999) por el Dr. Daniel Goleman.

Según Goleman (1995), las principales características de la inteligencia emocional en las personas es saber reconocer emociones propias y ajenas, adaptar las propias emociones al entorno y usarlas para guiar las capacidades cognitivas con el fin de lograr objetivos determinados.

El psicólogo Daniel Goleman considera que la forma en que está organizado el cerebro y el modo en que evolucionó es clave para entender la importancia de la emoción en la especie humana y la forma en la que nos relacionamos.

El autor argumenta, para sustentar su tesis sobre la relación entre emoción e inteligencia, que la parte primigenia del cerebro es el tronco encefálico; esta región monitoriza funciones vitales básicas relacionadas con la supervivencia, como la respiración, la toma de decisiones instantáneas y el metabolismo.

A partir de esta región cerebral se fueron desarrollando las partes del cerebro más recientes, es decir, las que se relacionan con las funciones cognitivas más elevadas y complejas. Goleman considera que, desde el punto de vista evolutivo, las funciones cognitivas y todas las actividades conscientes y racionales están sujetas casi siempre a la parte emocional y primitiva del cerebro.

Un ejemplo antecedente de la Inteligencia Emocional lo constituye la teoría de “Las Inteligencias Múltiples” de Howard Gardner (1983). Estas inteligencias incluyen la intrapersonal y la interpersonal; La inteligencia interpersonal se divide en cuatro habilidades distintas:  el liderazgo, la capacidad de cultivar las relaciones y mantener las amistades, la capacidad de resolver conflictos y la destreza en el análisis social y la intrapersonal se define como como la capacidad que nos permite conocernos mediante un autoanálisis.

Dicho esto podemos inferir que las emociones son parte activa y muy importante en nuestra cotidianidad y en la forma en la que nos relacionamos con los demás, actualmente su popularidad radica en que antes no se hablaba de las emociones del ser humano, la terapia psicológica era vista como algo exclusivo de quienes padecían una enfermedad mental y ahora se sabe que no es así, el tema se ha llevado incluso al ambiente laboral que existe dentro de las empresas ya que los empleados y quienes trabajan ahí tienen relaciones y vínculos sociales que cuando no se están dando de una manera positiva, por así decirlo, el ambiente se contamina y llega a ser desgastante emocionalmente para quienes la conforman.

El punto que se pretende destacar es que no se trata de “controlar” las emociones porque sería imposible anticiparnos a los hechos o situaciones y planear como vamos a reaccionar, somos seres espontáneos que actuamos de acuerdo a nuestras experiencias y habilidades adquiridas al paso de los años, pero lo que si se encuentra en nuestras manos es darnos la oportunidad de conocernos, de saber que sentimos y cuando lo sentimos y de esta manera poder expresarlo de la forma más asertiva y solo así podremos entablar sanas relaciones interpersonales.

El término Inteligencia Emocional es la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en uno mismo y en los demás; más no puede ser entendida como un proceso para ahogar las emociones, sino dirigirlas y equilibrarlas.

Referencias

Bolaños, A., Gómez, D., & Escobar, A. (2013). Origen del concepto «inteligencia emocional». Recuperado en mayo 24, 2021, de Universidad de San Carlos de Guatemala Sitio web: https://comunicacionorganizacional2013.files.wordpress.com/2013/04/grupo-1-inteligencia-emocional.pdf

Ruiz, R. (2010). Inteligencia emocional: ¿qué es? Teoría de Goleman y Gardner. Recuperado en mayo 24, 2021, de Viviendo la salud Sitio web: https://viviendolasalud.com/psicologia/inteligencia-emocional