La tecnología actual ha beneficiado a diversos sectores de la sociedad, principalmente el área laboral y escolar se han visto favorecidos en épocas de pandemia, aportando estrategias de soluciones de gran impacto en materia de salud a las familias. Más la gama de opciones de uso abarca la huella individual que permea principalmente en los infantes que se encuentran en contacto directo como estrategia educativa y recreativa, aislándolos del mundo familiar  y social. Haciendo más grande la brecha de comunicación existente en algunas familias.

Comunicación familiar digital

En pleno siglo XXI, con la tecnología en auge por mínimo que sea en la mayoría de los estratos socioeconómicos del mundo, con un elevado nivel de contacto en redes sociales, en sus diferentes opciones,  existe relación solo con una pantalla  que responde lo preguntado a control de la persona, viajando digitalmente por infinidad de lugares, tiempos y espacios solicitados, seguido o siguiendo a usuarios de intereses similares, que provee de información escrita y en audio tan variable y extensa. Escrito así resuena a una gran evolución tecnológica. Pero  como este universo es una paleta de efectos multicolores, una variedad de estos destellos se percibe en la sociedad, principalmente en la célula social primaria: La familia y por ende en la primera persona.

Una familia digital que se comunica mejor por medio de mensajes o de likes, en donde el mejor momento de convivencia familiar es cuando está presente el otro imprescindible: una pantalla digital por persona, sin importar la edad del integrante.

La pantalla digital es la intermediaria de los momentos en familia, que distrae la atención del poco tiempo de reunión de cuerpos en ese grupo social, que en el mejor de los casos alguno de los integrantes observara la comunicación  que se está dando sin emitir una sola palabra en esta estirpe y a través del cual emerge las posibilidades de crecimiento y solución a esta dinámica actual.

Todo comunica

Tradicionalmente no existe una comunicación verbal, pero el grupo se  comunica  a través de sus silencios, movimientos y acciones. Lo delicado de este tipo de comunicación es que no hay una retroalimentación para esclarecer lo que se pretende, la ya de por si deteriorada relación. Originando un sinfín de contrariedades posteriores, al no ser una familia proveedora de herramientas y habilidades para la vida cotidiana, principalmente a los infantes adolescentes que se encuentran en un proceso de crecimiento  y desarrollo físico, mental y espiritual.

Los efectos se observan en la primera infancia, al establecer una pantalla digital como estrategia familiar de entretenimiento y educación sin supervisión, en sustitución de los cuidados parentales, en las múltiples justificantes laborales y personales.

Brindando a la sociedad infantes sin habilidades de contacto, por falta de vínculos reales con sus cercanos; infantes con problemas de sobrepeso por falta de movimiento físico; infantes que no saben dar ni recibir  afecto, debido al contacto con un aparato sin calor humano; infantes que han recibido a demanda lo que necesitan en su espacio, para mantenerlos tranquilos y en casa; infantes que se deprimen o suicidan por limitar o evitar su acceso a lo más cercano a su único amigo: La pantalla digital.

Cuando llega la voz

Por supuesto que por más que la familia retrase el contacto social, llegara un momento en que se tendrá que hablar sin intermediarios, de viva voz y en persona para buscar soluciones a situaciones como embarazo adolescente, consumo de sustancias psicotrópicas, delincuencia, secuestro, enfermedades o muerte.

La carencia de atención y acción para los menores adolescentes que llegan a hospitales psiquiátricos, clínicas de adicciones, centros de readaptación social o cementerios, crea un escalada de emociones en los cuidadores, haciendo más intensos  sus propios conflictos emocionales, emergiendo culpables.

Tecnología-familia-yo

La relación existente entre  tecnología-familia-yo, es una condición evolutiva de la humanidad, que es inevitable evadir, muy por el contrario, es importante considerar que ya está inmersa en casi todos los aspectos de la vida humana, incluso desde la concepción misma, al implantar el embrión en la madre o al hacer uso de aparatos y medicamentos que servirán para detectar la existencia de enfermedades del nuevo miembro de la familia, por solo citar algunos.

El matiz es infinito y vale la pena no perder de vista, porqué en algunas familias esta condición tecnológica se está usando para evitar contactar con la persona misma y con el otro, es decir con su propio linaje. Cuál es la emoción que genera cuando ve al hijo o hija, qué deposita en Él o en Ella, que le lastima, le desespera o le enoja.

DISCUSIÓN

Es posible que la gran diferencia de un pronóstico fatalista, solo sea incluirse con los niños y niñas en sus juegos, sin máquinas intermediarias, con la naturalidad de sus recreaciones, a su nivel, en la espontaneidad de la vida que permita fluir a padres e hijos. Liberando energía y reestructurando esa energía de amor en los límites de los juegos, del ganar-perder, del solucionar lo que se presente, de construir, de crear, de edificar, de respetar el juego, de respetar al otro, de hacerse responsable, de tomar decisiones, de convivir, de socializar, de vivir. Todo en su nivel de juego de vida.

REFERENCIA:

Tiba I. (2009). Quien ama  Educa. México, D.F. Aguilar Fontanar