Cuantas veces no hemos escuchado lo importante que es estar motivado para lograr lo que uno se propone, ya sea en nuestra vida personal, en el trabajo, en la escuela, en fin, en cualquier área o rubro que atañe nuestra vida. Y bueno más, en tiempos de crisis, pareciera que nos hace falta doble – o unas cuantas más – dosis de motivación para llegar a ese lugar tan preciado, y es que, justamente cuando nos encontramos en crisis, es inevitable que surjan dentro de nosotros pensamientos de desesperanza ante lo que esta sucediendo y lo que puede suceder.

Y en efecto, la motivación, es aquello que nos impulsa, que nos mueve, que nos dirige hacia alguna determinada acción. Asimismo, podemos decir que es la fuerza que nos hace actuar y nos permite seguir adelante incluso en las situaciones difíciles. Recordemos que la palabra motivación proviene del latín “motivus” que significa movimiento y el sufijo “ción” que significa acción y efecto.

Para continuar es necesario que señalamos qué es la motivación desde la perspectiva de algunos autores, para que de esta manera podamos observar y tener un panorama más amplio acerca de ella.

Para Sexton (1977) la motivación, es el proceso de estimular a un individuo para que realice una acción que satisfaga alguna de sus necesidades y alcance una meta deseada.

Por su parte, Chiavenato (2000) la define como aquel resultado de la interacción entre un individuo y la situación que lo rodea.

Entrando en el aspecto psicológico del concepto, nos encontramos con una de las definiciones más básicas, que es, la de Woolfolk (1999) que nos dice que la motivación es un estado interno que incita, dirige y mantiene la conducta.

En este pequeño recorrido por algunas de las definiciones acerca de la motivación, podemos mencionar al psicólogo Abraham Maslow (1943), quien nos presenta su teoría de la motivación humana, en la cual nos dice que lo que motiva a las personas es una jerarquía de necesidades, usualmente representadas en una pirámide. Nos presenta que la idea es, que las necesidades primordiales (las básicas representadas en la pirámide) tienen que ser logradas primero, antes de tratar de lograr las necesidades del nivel más alto en la pirámide.

Para Maslow, las necesidades que tenemos los seres humanos nos impulsan para tener la fuerza de voluntad para superar todas las dificultades que se nos presenten día con día.

Hablando de la voluntad, me es imprescindible resaltar lo que nos dice Xavier Guix (2013) en su libro “Querer es poder”, donde nos señala que dicha voluntad está en nuestra mente y nuestro cuerpo, y además puede entrenarse, a través de diversas acciones, pensamientos, hábitos y creencias que debemos algunas veces aprender, modificar, otras dejar, reforzar y algunas otras ocasiones reinventar para que podamos motivarnos aún en los tiempos de crisis que estamos viviendo.

Guix nos señala que “el principal problema al que tienen que enfrentarse tantas y tantas personas está en su mente. La mayor dificultad está en la mente (conciencia), porque ésta es la que aprecia, juzga y delibera. Es la que acaba tomando la decisión de cómo hay que experimentar el entorno y los hechos que se producen en él.” (GUIX, 2013)

Por ello no debemos olvidar que la motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene la conducta del ser humano hacia metas o fines determinados, – como ya lo habíamos mencionado anteriormente – es el impulso que nos mueve a realizar ciertas acciones y persistir en ellas para su culminación. Entonces, podemos decir que la motivación es lo que les da energía y dirección a nuestras conductas.

Existen muchas diferencias individuales respecto a lo que motiva a cada persona y en la fuerza de sus motivos; es decir, cada persona tiene sus propias motivaciones que pueden ser muy diferentes a las del resto. También, hay personas que cuentan con mucha energía para conseguir sus metas y otras que no tienen tanta.

Por ello será necesario tomar en cuenta y siempre llevar a la mano nuestro kit de motivación anticrisis, tal como nos lo señala Guix, podemos mencionar a continuación algunos elementos que están dentro de él:

• “Toma nota de todos los pensamientos que te asaltan y de las emociones que emergen cuando piensas en tu crisis.
• Flexibiliza la mente, evita las creencias rígidas y los pensamientos obsesivos.
• Sal de los círculos de preocupación para centrarte en círculos de atención y de influencia.
• Enfócate en lo que quieres y no en lo que temes. Evita las anticipaciones y planifica ordenadamente tus acciones.
• Pon límites al contagio emocional, a las emociones tóxicas.
• Abraza prácticas que te ayuden a salir del estrés, aprende a relajarte, a centrar la atención.” (GUIX, 2013)

Es así como podemos observar a la motivación como un proceso que pasa por varias fases; donde inicialmente la persona anticipa que se va a sentir bien (o va a dejar de sentirse mal) si consigue una meta. En un segundo tiempo, se activa y empieza a hacer cosas para conseguir dicha meta. Mientras vaya caminado hacia ella, irá evaluando si va por buen camino o no, es decir, hará una retroalimentación y autoevaluación de las acciones ejecutadas. Y, por último, disfrutará del resultado.

Para concluir podemos señalar lo siguiente – coincido con Guix – tenemos dos opciones, una es quedarnos anclados y parados en un círculo vicioso de preocupación, de angustia, de estrés, cabe señalar que estos sentimientos y emociones los tenemos que sentir, no reprimir, pero lo que no es adecuado es que los mantengamos; o bien la otra opción es centrarnos, focalizar nuestra atención y esfuerzo en todo aquello que sí está en nuestras manos. Para que entonces así podamos ejercer día con día, y en aún en tiempos de crisis, aquella motivación que nos guie, nos impulse y mantenga nuestras conductas orientadas a lograr nuestros objetivos o a satisfacer nuestras necesidades. 

DANIELA SUE-HEI QUEZADA MARTINEZ.

REFERENCIAS:

GUIX, X. (2013). Querer es poder; España.

WOOLFOLK, A. E. (1999). Psicología Educativa; México.