Al pensar o hablar de inseguridad, es inevitable la sensación de vulnerabilidad, misma que por sí sola, pone en alerta al individuo generando conductas defensivas por el solo instinto de supervivencia, sin embargo, hay que considerar que las reacciones o repercusiones de las personas depende del equilibrio emocional o la personalidad de cada uno.

La falta de seguridad genera la búsqueda de la misma, de acuerdo con Maslow  (1987), existe una jerarquía de necesidades que influyen en el comportamiento humano, de ahí la pesquisa de individuo por la satisfacción de estas; necesidades fisiológicas (aire, sueño, comida, reposo, abrigo, etc.), necesidades de seguridad (protección contra peligros o privaciones.), necesidades sociales (amistad, pertenencia a grupos, etc.), necesidades de estimación (reconocimiento, amor, etc.) y necesidad de auto realización (potencialización y utilización de talentos individuales).

Si se saben satisfechas las necesidades básicas, surgirán motivaciones en el comportamiento, a fin de lograr la autorrealización, si, al contrario, se está privado de algunas de ellas, se enfocará en buscar los medios para prevalecer lo faltante. La privación de una necesidad más baja hace que las energías del individuo se desvíen hacia la lucha por la satisfacción. (Laguna, 1998).

El comportamiento del individuo depende de las competencias de este y de su motivación específica, son elementos de causa-efecto que se ven influidos por el contexto en el que desarrollar. El estudio de la motivación debe ser, en parte, el estudio de los fines, de los deseos o de las necesidades últimas del ser humano. (Maslow. 1987) En este sentido, las conductas de una persona, pueden modificarse a fin de conseguir sus deseos o buscar satisfacer sus necesidades, en este caso la seguridad.

La seguridad humana hace referencian, de igual modo, a la protección la salvaguarda del derecho a la vida y la integridad personal, y al propósito de humanizar la seguridad existe, mediante la integración de los valores y derechos de las capacidades humanas en todos los sistemas de seguridad internaciones, nacionales y locales. (Fernández Pereira 2005, como señaló en Kapuy,2004).

Bajo esta perspectiva, existe el sujeto capaza de aprovecharse de las condiciones de inseguridad para delinquir y vivir, así como el otro que adquiere el rol de víctima. Sobre encuestas de victimización y percepción de inseguridad, varias investigaciones refieren que el sentimiento de inseguridad por parte de la ciudadanía impacta de forma negativa sobre su calidad de vida. (Flores, 2005). Por cual inferimos dos vertientes de esta premisa, asumir comportamientos de victimarios o asumir una postura de autodefensa, ambas dependen de los rasgos y características de personalidad del individuo, los que pueden ir desde lo antisocial, frivolidad, apatía, hostilidad, introversión, sumisión, etc. El objetivo inmediato del cambio en el comportamiento puede ser resolver un problema específico o en este supuesto mantener el sentido de seguridad.

Si bien la falta de satisfacción de las necesidades de seguridad influye en el comportamiento del sujeto para la búsqueda de protección y prevalecer, existe otro componente que es determinante en la conducta de ser humano, el factor social, que esta referido a la influencia familiar, de los pares y el entorno donde se crece, lo que forma parte del proceso de identidad del individuo. Un entorno social hostil, pautas de crianza flexibles y permisivas, familia con conductas delictivas, etc. generan que estas conductas se normalicen y se de inicio a la repetición. Por ello se asume que la conducta criminal se facilita a partir de la adquisición de actitudes y normas convenientes para la vida social producto de déficits inadecuados con el aprendizaje. (D. Solano-Mandón & Y. Ballesteros-López, 2019).

La falta de seguridad modifica y altera de manera negativa los hábitos de las personas, no solo de manera conductual y social, pues en la búsqueda de prevalecer el sentimiento de seguridad pueden llegar a reducir su movilidad y libertad, el contacto con otros, además que, en la parte psicológica se genera ansiedad y estrés continuo.

Para Sánchez (2008) la percepción de inseguridad es aquello que mide la sensación del ciudadano frente a condiciones de seguridad o inseguridad en su entorno, tanto el punto de vista emocional (miedo, rabia, ansiedad, etc.) como institucional (desconocimiento, desconfianza, incertidumbre, etc.). (Flores, 2005).

1. Solano-Mandón & Y. Ballesteros-López (2019) menciona que la influencia de los factores internos y externos del individuo, le llevan a tomar decisiones que de cierta manera le afectan, impulsándole a adquirir patrones de conducta negativas causando daño a su bienestar integral y a los demás. Es decir que, los factores sociales (inseguridad), el aprendizaje y forma de crianza, como la personalidad, son determinantes para guiar las conductas y comportamiento.

Finalmente, al ser la inseguridad un problema que afecta a la sociedad, influye en el comportamiento del individuo, puesto que es un ser social, sin embargo, el mismo sujeto es quien genera dicha situación. Por ende, sería importante priorizar la garantía de seguridad dirigida a los grupos en detrimento y a su vez implementar acciones de intervención a otros que encarnen las amenazas delictivas.

Referencias:

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