La inteligencia emocional, es un conjunto de habilidad personales que nos
permiten reconocer, apreciar, identificar y expresar los sentimientos o
emociones que vivimos a lo largo de nuestra historia con diversos estímulos del
contexto en el que nos desarrollamos, como individuos, nos permite manejar de
manera equilibrada y de auto respeto nuestras emociones, expresándolas
mediante la comunicación asertiva al resto de mi sociedad.
Inteligencia emocional en la educación:
El desarrollo de la inteligencia emocional no es un ámbito muy apreciado en las
instituciones educativas, no se le da la importancia que debería de tener, ya
que si bien es cierto el desarrollo cognitivo es importante, también lo son, las
destrezas de saber gestionar nuestras emociones, tomar decisiones acertadas
y expresar nuestras problemáticas a los demás; anteriormente las instituciones
educativas de los distintos grupos culturales, implementaban dentro de su
trabajo curricular, contenido de formación personal, ética y moral, mediante la
enseñanza de sus doctrinas o filosofías culturales, aspectos importantes que
no deben separarse de la formación humana en la etapa infantil.
Siendo conscientes, tal como lo describe Céspedes (2008), este un tema en el
que “el adulto ha ignorado por siglos el papel que juega la construcción de la
emocionalidad sana en el logro de los objetivos que fija para sus niños”.
Los expertos educativos en la actualidad, ha determinado que es suficiente
para los niños tener un desarrollo cognitivo, que esto asegura su éxito personal
y profesional, sin embargo, hemos visto de unos cuantos años atrás a la fecha,
que el programa educativo ha incluido el campo formativo, el del trabajo de la
educación socioemocional, sin embargo, considero que no tiene sus metas
bien definidas, no se trabajan de manera sistemática en el horario de carga
académica, trabajo que deberíamos analizar con nuestros docentes, ya que no
siempre es incluida en sus planeaciones, omiten o dan por hecho que se
reemplaza con otros contenidos.
Aportes del yoga en la practica infantil:
El yoga es una disciplina psicofísica, que implica el trabajo físico y mental, más
que ser considerado como un mero ejercicio de posturas o secuencias
corporales, es un espacio y de auto conocimiento, reflexión emocional y
relajación, con las que se alcanzan un bienestar integral del ser, a través de la
realización de respiración adecuada, énfasis y concentración del
mantenimiento de las posturas y la atención de secuencias.
Lo anterior mencionado, permite que los infantes trabajen y desarrollen durante
las clases de yoga, una identificación y razonamiento de sus emociones frente
a diversas situaciones cotidianas, expresión asertiva mediante el dialogo,
Referido a esto, el autor Casassus (2006), plantea lo siguiente: “La capacidad
emocional es la fuerza que nos impulsa a adaptar y transformar nuestros
entornos. Está en el centro de nuestra capacidad de evolucionar. Por eso es
necesario que reconozcamos su importancia de la misma forma que las
habilidades intelectuales”.
La práctica de yoga en los espacios educativos, nos permite enseñar a los
niños a tener éxito personal, equilibrio moral, respeto a su entorno y naturaleza,
así como habilidades sociales de comunicación y toma de decisiones,
aprenden también a identificar los problemas que pueden solucionar por si
mismos o los que requieren de apoyo y solicitarlo en su núcleo familiar o social,
disminución de la ansiedad ante eventos o circunstancias estresantes,
prevención del consumo de drogas, así como reducción de conductas anti
sociales, aumento del éxito académico, en general una estima personal positiva
y exitosa.
Conclusiones:
Como docente frente a grupo en nivel primaria y con una formación de
licenciatura en psicología y especialización en el área educativa, además de
ser una practicante de yoga y aplicarla en mi grupo como parte introductoria a
la clase de educación socio emocional, ya sea con una meditación guiada de 7
minutos, respiración consciente por 10 minutos y posturas sencillas de mudras
(con las manos) o corporales, o simplemente tomarnos un minuto al día para
relajar nuestra mente por medio de inhalación profunda y consciencia del
entorno. Puedo afirmar que mis alumnos han conseguido superar barreras
emocionales de ausencia de expresión, aquellos niños tímidos se han
mostrado más confiados y seguros de sí mismo, asa como los niños que
mantenían conductas explosivas, realizando berrinches e incluso agresividad a
sus compañeros o docentes, han logrado mostrar grandes avances no solo en
el ambiente de aprendizaje, sino en su ambiente familiar, los padres de familia
y los demás docentes de apoyo, expresan el cambio positivo en cada uno de
los niños que conforman el grupo.
Referencias bibliográficas:
 Bisquerra, R. (2000). Educación emocional y bienestar. Barcelona:
Praxis.
 Káiser, S. (2013). El niño atento. Mindfulness para ayudar a tu hijo a ser
más feliz. Ed. Descleé de Brauner.
 Yoga para niños. Los niños y la práctica del yoga. Recuperado el 03 de
enero del 2021: www.innatia.com/s/c-yoga-para-ninyos-/a-yoga.html