HABILIDADES TERAPÉUTICAS DE LOS PSICÓLOGOS EDUCATIVOS EN LA ACTUALIDAD

HABILIDADES TERAPÉUTICAS DE LOS PSICÓLOGOS EDUCATIVOS EN LA ACTUALIDAD

PÉREZ RAMÍREZ GABRIELA

En la actualidad todos los profesionistas laboralmente activos, en cualquiera que sea su ramo, mantienen una constante formación para conservar vigentes los aprendizajes, técnicas y habilidades que les permiten desarrollarse en su área y puedan brindar soluciones, y los psicólogos educativos no somos la excepción. Pues en nuestro hacer nos encontramos con más retos con los que tenemos que lidiar para poder bridar apoyo a los pacientes, familias y maestros. A medida que el contexto y la sociedad van evolucionando las necesidades del paciente también van cambiando.

Factores como el fácil acceso a dispositivos tecnológicos y al servicio de internet provocan en los niños nuevos hábitos, costumbres, formas de juego, de aprendizaje, de socialización y tiempo de ocio. Son múltiples los estudios que nos indican que el uso de dispositivos como tabletas, celulares, computadoras, videojuegos, entre otros, son nocivos para el desarrollo de los niños y hacen múltiples advertencias sobre los riesgos. Sin embargo, son actividades que se llevan a cabo en casa y que muchas de las veces son la razón de discusión entre padres e hijos o el motivo por el que llegan a consulta.

¿Pero qué debemos hacer los psicólogos educativos ante estas situaciones? ¿Debemos estar en constante formación para encontrar soluciones o manuales que nos indiquen “cómo” y “con qué” trabajar? ¿Llevar a cabo técnicas que han sido funcionales en décadas pasadas será la mejor opción para “el hacer” en la actualidad?

Partimos de que el psicólogo educativo es el profesional que estudia la conducta humana en el ámbito de la educación; que analiza los procesos cognitivos de las personas en grupo o de manera individual; que apoya a través de herramientas educativas el desarrollo de capacidades y habilidades que sean útiles para el individuo, las cuales le ayuden a adaptarse y ser funcional dentro de su contexto sociocultural, tomando en cuenta los aspectos biológicos, afectivos, sociales y culturales.

Cuando hablamos de procesos cognitivos asociados al aprendizaje, abrimos un panorama bastante amplio, pues el aprendizaje es adaptación y está implícito en todas las áreas de la vida. Es una constante que nos hace evolucionar y sobrevivir en nuestro ambiente.

Bajo estas primicias, los psicólogos educativos debemos estar al tanto de los nuevos cambios que se presentan en nuestro alrededor pues es de ahí de donde surgen los pacientes que buscan ayuda. Mantener una constante formación y actualización nos permite brindar alternativas adecuadas a las necesidades de los pacientes. Significa conocer más a las personas que asistimos.

Contextualizar la realidad de los pacientes y elaborar técnicas de intervención no resulta una tarea fácil para la mayoría de los psicólogos educativos, pues la teoría es insuficiente sino sabemos aplicarla en el trabajo de consultorio, escuela o cualquier institución. Es fácil caer en la búsqueda de manuales e instructivos que nos indiquen “el cómo” y “con qué” solucionar los problemas, pues en una sociedad cada vez más deshumanizada donde se apremian mayormente los resultados que los procesos, resulta difícil mantener distancia.

Sin embargo, es importante hacer conciencia sobre nuestra capacidad de generar herramientas de trabajo de acuerdo con las necesidades del paciente. Es cierto que hay profesionistas, antes que nosotros, que estudiaron y elaboraron técnicas para abordar problemas específicos del aprendizaje y qué han sido funcionales dando éxito en el trabajo terapéutico. Pero eso no significa que sean la panacea o el único camino que se deba seguir para lograr buenos resultados.

Como se mencionaba al inicio, la sociedad avanza a pasos gigantes y las técnicas que han sido elaboradas en décadas pasadas puede que no sean las más adecuadas para los niños, adolescentes y adultos de hoy.  Pongamos un ejemplo:

Una de las quejas más comunes dentro de las familias, es que los hijos no estudian o no ponen atención en las actividades de casa por estar usando celulares o tabletas. La solución más adecuada podrías ser anular el uso de estos dispositivos mientras los niños aprenden a ser responsables con sus deberes, no obstante, lejos de ayudar al buen comportamiento de los niños, se presentan rabietas, llanto, tensión y ansiedad por no utilizar los dispositivos.  Pensando en una alternativa adecuada al contexto, se podrían buscar aplicaciones, programas o tutoriales que vayan acorde con la edad y aprendizajes de los niños. De esta manera no quitamos el elemento que capta la atención, sino que le damos utilidad para el beneficio de los mismos.

Adecuarnos a los cambios es ir contextualizando las actividades o juegos para tomar ventaja en la intervención. Los manuales o técnicas ya elaborados nos dan un norte del rumbo que debemos tomar, pero no siempre la solución. Es por ello por lo que debemos hacer hincapié en las habilidades que debemos desarrollar los psicólogos educativos, tales como:

  • Observación. Ver qué pasa alrededor del individuo para poder entender mejor su dificultad y así personalizar su tratamiento.
  • Improvisación. Que de manera espontánea surjan actividades con materiales que se tienen al momento, o si una actividad previamente planeada no cumple con el objetivo, poder ser capaz de adaptarla a la situación.
  • Para poder tratar al individuo con respeto, empatía y calidez. De esta manera, él podrá sentirse en confianza. Lo que permitirá que haya más apertura y facilidad para trabajar.
  • Saber escuchar. Indagar en la historia de vida y considerar su entorno nos ayudará a ser más conscientes de lo que realmente atañe al paciente. Estar más enterados de lo que pasa en la vida del otro nos ayudará a identificar también las herramientas que tenemos a la mano. Nos ayuda a encontrar oportunidad en lo que sí hay y no centrarnos en lo que se carece.
  • Ser coherente con la corriente teórica con la nos formamos. Es mantener una relación entre lo que se dice y se hace, lo que nos permitirá trabajar adecuadamente con las redes de apoyo conformadas por otros especialistas.
  • Conocer nuestras debilidades y fortalezas como profesionistas. Para partir de lo que si sabemos hacer y poder investigar y documentarnos en lo que carecemos.

Hacer presentes estos puntos en nuestra profesión suena fácil, sin embrago, requiere de constancia y dedicación en lo que se hace. Significa hacer un metaanálisis de nuestra profesión y conocer qué objetivos seguimos. Si lo único que pretendemos es dar resultados rápidos y evidentes, como lo suelen indicar las instituciones, podemos retomar los instructivos que nos llevaran a la conducta deseada en el paciente, pero, si queremos ver cambios paulatinos respetando los tiempos, capacidades, vivencias, emociones y ambiente de manera particular, debemos animarnos a explotar nuestra creatividad y espontaneidad para lograr un trabajo más personalizado e incluso si hacemos uso de técnicas ya comprobadas.

Referencias

Servín, D. (2017). Diplomado en terapia de lenguaje [Material de clase]. Asociación mexicana de psicoterapia y educación. Edo. De México, México.

 

Acerca de lo que compartimos en el Blog:


La AMPSIE no es responsable por ningún contenido de videos, fotos, artículos libros enlazadas con este blog. Todo ese contenido está enlazado con sitios tan conocidos como YouTube, Vimeo, Vevo,  recursos y libros encontrados en la web, del mismo modo si tienes algún recurso que quisieras compartir libremente para la comunidad, puedes enviarlo a nuestro correo y pronto lo verás publicado.  El objetivo de este blog es promover la difusión de la psicología, la psicoterapia y la educación, no la piratería. Si tú consideras que algún contenido de este blog viola tus derechos, por favor contactar al web master y lo retiraremos inmediatamente. Por favor escribe a [email protected]

 

 

Deja una respuesta