En la era digital actual, el FOMO o miedo a perderse algo, se ha convertido en un fenómeno prevalente que afecta significativamente la salud mental y el funcionamiento cerebral de las personas. Este síndrome se caracteriza por una ansiedad constante ante la posibilidad de perderse experiencias gratificantes que otros puedan estar viviendo, especialmente a través de las redes sociales.
El término FOMO (acrónimo de Fear of Missing Out, en inglés) fue acuñado por el empresario y escritor Patrick J. McGinnis en 2004, en un artículo publicado en The Harbus, la revista de la Harvard Business School. En este artículo, McGinnis describía FOMO como la ansiedad que surge al pensar que otros están disfrutando experiencias gratificantes de las que uno está ausente. Aunque no existe un organismo oficial que defina FOMO, el término ha sido adoptado y analizado por diversas instituciones académicas y publicaciones reconocidas.
¿Cuándo se convierte el FOMO en un trastorno?
El FOMO puede considerarse un trastorno cuando interfiere con la vida diaria, afectando el rendimiento académico, laboral o las relaciones interpersonales. Además, puede generar síntomas clínicos como ansiedad persistente, insomnio, irritabilidad o depresión, y conducir a comportamientos compulsivos, como la necesidad constante de revisar redes sociales o participar en actividades no deseadas por temor a quedar excluido.
Influencia del FOMO en el cerebro según las neurociencias
Desde la perspectiva de las neurociencias, se han identificado diversas áreas cerebrales y procesos neuropsicológicos implicados en el FOMO:
- Corteza cingulada anterior (ACC): Se activa durante experiencias de exclusión social, asociándose con el dolor emocional que surge al sentirse excluido o no participar en eventos sociales.
- Ínsula: Participa en la percepción de sensaciones internas del cuerpo y amplifica las respuestas emocionales negativas en situaciones de exclusión social.
- Corteza prefrontal dorsolateral (DLPFC): Involucrada en la regulación emocional y la toma de decisiones; su alteración puede llevar a comportamientos impulsivos relacionados con el FOMO.
- Amígdala cerebral: Asociada con la ansiedad y la respuesta al miedo; su activación puede generar sentimientos de ansiedad y preocupación al percibir que se está perdiendo una oportunidad o experiencia valiosa.
- Sistema de recompensa y dopamina: El FOMO activa el sistema de recompensa del cerebro, liberando dopamina, lo que refuerza el comportamiento de búsqueda y motiva al individuo a tomar medidas para no perderse la oportunidad.
Además, la sobrecarga de información y la necesidad constante de verificar qué sucede en el entorno digital pueden fragmentar la atención y dificultar la reflexión profunda, afectando el procesamiento cognitivo.
Consecuencias psicológicas del FOMO
El FOMO puede tener diversas repercusiones en la salud mental:
- Aumento de la ansiedad: La preocupación constante por lo que uno se está perdiendo puede generar estrés crónico.
- Depresión: La comparación constante con los demás puede llevar a sentimientos de insuficiencia y tristeza.
- Problemas de autoestima: Ver solo las “mejores versiones” de las vidas ajenas puede distorsionar la percepción del propio valor.
- Interrupción del sueño: Revisar constantemente las redes sociales, incluso antes de dormir, afecta la calidad del descanso.
Al tratarse de un miedo a no ser parte de los momentos que comparten en tu entorno, o de los eventos especiales de las personas que te importan, se ve influido por la gestión emocional y de los pensamientos negativos que aparecen, así como del miedo a no pertenecer.
Algunas herramientas que puedes poner en marcha para poder superar el FOMO:
- Identificación del FOMO: El primer paso es reconocer que todos experimentamos estas emociones en algún momento. Aceptar que es natural que aparezca esta emoción y comprender que no siempre podemos estar presentes en todo puede ayudar.
- Limitar el uso de las Redes Sociales: Las redes sociales son una de las principales fuentes de FOMO. Establecer límites en el tiempo dedicado a ellas y ser selectivo en los contenidos que seguimos, puede ayudar a disminuir la comparación con los demás.
- Enfocarse en lo positivo que tenemos: Enfocarnos en lo que tenemos y en nuestras propias experiencias, nos permite cambiar nuestra perspectiva.
- Autocuidado: Es fundamental poder tomar decisiones más conscientes y evitar la sensación de que estamos perdiendo eventos importantes.
- Gestionar el miedo: Darles nombre a nuestras emociones identificándolas y pudiendo gestionar las emociones, de forma que nos generen el menor malestar posible.
- Desde la neurociencia, se han identificado diversas estrategias para mitigar el FOMO (Fear of Missing Out) y promover un equilibrio emocional y cognitivo. A continuación, se presentan algunas soluciones respaldadas por estudios neurocientíficos:
Estrategias neurocientíficas para superar el FOMO
Desde la neurociencia, se han identificado diversas estrategias para mitigar el FOMO y promover un equilibrio emocional y cognitivo:
- Reprogramación de asociaciones neuronales: El neurocientífico Henning Beck sugiere que es posible cambiar las asociaciones que el cerebro hace con recompensas inmediatas, reemplazando hábitos como el uso excesivo de redes sociales por actividades que generen satisfacción rápidamente, como el ejercicio o la lectura.
- Práctica de la atención plena (mindfulness): Centrar la atención en el presente, reduciendo la preocupación por eventos externos, y activando áreas del cerebro relacionadas con la autorregulación emocional.
- Establecimiento de límites digitales: Reducir el tiempo en redes sociales y establecer períodos de desconexión digital para disminuir la sobreestimulación del sistema de recompensa del cerebro.
- Fomento de conexiones sociales reales: Participar en interacciones cara a cara para fortalecer las conexiones neuronales relacionadas con la empatía y la pertenencia.
- Redefinición de éxito y felicidad: Cambiar la percepción de éxito, enfocándose en logros personales y experiencias significativas, para reducir la dependencia de la validación externa.
Referencias
- Uriarte Ruiz Ocenda, A. (2025). El síndrome FoMO: consecuencia de la adicción a las pantallas y factor determinante en los trastornos de salud mental. Tendencias Sociales. Revista de Sociología, (13). https://doi.org/10.5944/ts.2025.44216
- Błachnio, A., & Przepiorka, A. (2018). FOMO: el miedo a quedarse fuera de la era digital. NeuronUP. https://neuronup.com/psicologia/fomo-el-miedo-a-quedarse-fuera-de-la-era-digital/
https://en.wikipedia.org/wiki/Fear_of_missing_out?utm_