Signos y síntomas de problemas emocionales en la pubertad y adolescencia

 

Por Alejandra Terrón Parada

Por Alejandra Terrón Parada

Entre los once y los catorce años comienza la pubertad y, posteriormente, la adolescencia. Durante esta etapa, se producen numerosos cambios. Los jóvenes tienden a ser más reflexivos, los cambios físicos y sexuales captan su atención, buscan pasar más tiempo a solas, otorgan mayor relevancia a los acontecimientos que les rodean y son muy sensibles a cualquier crítica. Es fundamental que los adultos tengan esto en cuenta y sean cuidadosos al hacer bromas en presencia de otros adolescentes, ya que lo que puede parecer una broma inofensiva podría convertirse en una fuente de humillación.

 

Pero, ¿cómo se pueden identificar los signos y síntomas que indican la necesidad de una evaluación? A continuación, se detallan los problemas que requieren atención:

 

De los once a los catorce años:

Dificultades para socializar: Un niño de once años que no tiene amigos o que no se le ve frecuentemente en grupos de compañeros puede estar enfrentando un desarrollo inadecuado. Es normal que a esta edad se interesen intensamente en un amigo, pero esa dedicación no debería ser exclusiva al punto de no tolerar la presencia de otros o rechazar actividades grupales.

 

Anorexia o bulimia: Comer en exceso puede ser un signo de ansiedad. Aunque es común que los adolescentes, especialmente los chicos, tengan un aumento en el apetito, es preocupante si comen más de lo habitual para su edad. Esto puede llevar a un aumento de peso, como en el caso de los pacientes bulímicos que suelen vomitar después de comer en exceso. Por otro lado, perder mucho peso puede ser un indicativo de problemas que van desde la depresión hasta la anorexia nerviosa. En un punto intermedio, muchos adolescentes pueden tener una alimentación poco saludable, pero esto no es motivo de alarma a menos que se acompañe de pérdida de peso, fatiga o insomnio.

 

Morderse las uñas: Si un adolescente continúa mordiéndose las uñas de manera excesiva, causando daño, esto puede ser un signo de ansiedad que merece atención.

 

Rebeldía excesiva y bajo rendimiento escolar: La rebeldía es una parte normal del desarrollo adolescente, pero si es constante y parece que el joven siempre está en desacuerdo, puede ser un indicativo de problemas más serios. El fracaso escolar también es una señal de que se necesita ayuda.

 

Tristeza o depresión: La falta de interés en la vida y una tristeza persistente no son normales. Es importante notar que muchos jóvenes pasan por períodos de desánimo, pero si estos sentimientos duran más de una semana o se acompañan de pérdida de apetito y sueño, es recomendable estar alerta y considerar una evaluación.

 

Relaciones inapropiadas para su edad: Jugar ocasionalmente con niños más pequeños puede ser saludable, pero si un adolescente se siente incómodo con sus pares y prefiere estar solo con ellos, puede ser un signo de dificultades en su desarrollo.

 

De los catorce a los diecisiete años:

 

Falta de disciplina: En esta etapa, los jóvenes suelen reconocer la necesidad de límites y reglas en el hogar. La incapacidad para aceptar esto puede ser un signo de inadaptación.

 

Retraimiento en la fantasía: Especialmente en las chicas, es común que se refugien en sus pensamientos e ideas. Si esto se convierte en un aislamiento social, puede ser una señal de problemas graves.

 

Aislamiento: Si un adolescente prefiere estar solo en su habitación y evita la interacción social, esto puede indicar dificultades para relacionarse.

 

Homosexualidad. – La exploración ocasional de la homosexualidad no es inusual y no necesariamente implica un problema grave. Por lo tanto, no se deben tener reacciones desmedidas si los jóvenes experimentan un episodio relacionado con su orientación sexual. Si el adolescente se siente a gusto con su homosexualidad, no hay razón para sugerir terapia. A veces, buscan ayuda debido a prejuicios, rechazo social o problemas familiares, y en esos casos, es importante abordar esos temas.

 

Abuso de sustancias. – El consumo de drogas en general, incluyendo la marihuana, es motivo de preocupación. Se considera uso problemático cuando se supera la fase de exploración que los jóvenes realizan en su entorno.

 

SIDA. – Debido a la clara (aunque no exclusiva) relación entre la homosexualidad y el uso de drogas intravenosas con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) por la transmisión del virus a través de la sangre, si se sospecha que el adolescente está en riesgo de contraer esta enfermedad, es fundamental proporcionar de inmediato la información sexual y médica necesaria, así como apoyo terapéutico.

 

Pasividad. – Los jóvenes que aún no pueden defender sus derechos y responden a sus conflictos con llanto, inacción o sumisión, indican que necesitan ayuda, tanto en su núcleo familiar como en su círculo de amigos.

 

Falta de interés e inhibiciones. – Se espera que entre los 14 y 17 años desarrollen intereses culturales e intelectuales fuera del hogar y presten atención a algo más que la televisión y los videojuegos. Un joven que no disfruta de actividades como bailes, teatro, conciertos, artes o deportes, muestra que sus intereses no se han expandido de manera normal y esto podría ser resultado de conflictos o problemas, lo que requiere atención.

 

Desajuste entre habilidades y logros. – A esta edad, es común que los adolescentes sientan que no tendrán éxito en la vida, y esto a veces es reforzado por algunos padres que les dicen que fracasarán. Sin embargo, si esos temores son excesivos y el joven cree que no podrá seguir una carrera, no se casará o no podrá cumplir con las expectativas de sus padres, cuando en realidad estos no lo ven así ni esperan tanto de ellos, indica que sus propias expectativas pueden ser demasiado altas y que hay un conflicto entre lo que desean y lo que realmente pueden lograr.

 

Interés exclusivo en la escuela. – Un joven que se enfoca únicamente en sus estudios y no tiene amigos ni sabe cómo disfrutar de su tiempo libre, es motivo de preocupación tanto como aquel que está teniendo dificultades académicas.

 

Necesidad de aprobación constante. – Si requiere la aprobación de sus padres incluso para las decisiones más pequeñas, sugiere que no ha logrado una separación adecuada de ellos. A esta edad, deberían ser capaces de tomar decisiones sobre su futuro y relacionarse socialmente, especialmente con el sexo opuesto. Si esto no ocurre y sigue siendo muy dependiente, es necesario considerar una evaluación.

 

En resumen, es fundamental prestar atención a los diversos aspectos del desarrollo emocional y social de los adolescentes, incluyendo su exploración de la sexualidad, el uso de sustancias, y su capacidad para establecer relaciones saludables. Cambios en su comportamiento, como la pasividad, la falta de interés en actividades sociales, o la necesidad constante de aprobación, pueden ser señales de que requieren apoyo. Identificar y abordar estos problemas a tiempo es crucial para ayudarles a navegar esta etapa de la vida de manera saludable y positiva. La comunicación abierta y el entendimiento por parte de los adultos son esenciales para brindar el apoyo necesario en su crecimiento y desarrollo.

 

BIBLIOGRAFIA

 

Rangel, E. (2018). Psicoterapia infantil. México: Editorial Trillas

Diplomado en terapia infantil

Atenta invitación

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