El juego es una actividad que ha estado presente en toda nuestra existencia, es algo natural que la gente tanto niños como adultos realizan para pasar ratos agradables junto con otras personas. El juego  nos prepara para las funciones que realizamos en la etapa adulta, de ahí que se juega a la mamá, al papá, a la cocinita, así otros ejemplos más que se podrían enumerar. Lo hacen las personas e incluso los animales.

El juego contribuye a un desarrollo integral de la personalidad en un niño, pues se pueden trabajar diferentes habilidades y destrezas, tales como, la comunicación, concentración, atención, memoria, seguimiento de instrucciones, planeación, trabajo en equipo. También se fomentan valores como: el respeto, tolerancia, paciencia, solidaridad, etc. que ayudan a que los niños se relacionen adecuadamente con otras personas.

De ahí que se sugiera el juego como estrategia de intervención para el aprendizaje de cualquier tema, ya que es una actividad que a todos los niños les gusta llevar a cabo y que por lo tanto despertará el interés, que a su vez, propiciará un aprendizaje significativo.

Ahora bien, es bueno realizar un diagnóstico para conocer los gustos y preferencias que a los niños con los que se trabajará les agrada, de lo contrario no será llamativo para ellos, y también tomar en cuenta las edades para que no sea algo que en lugar de divertirlos, los llegue  a frustrar.  Es muy importante planear qué tipos de juego se pueden utilizar, establecer metas y especificar propósitos para que realmente vaya encaminado a un aprendizaje en específico y poder medir más adelante los resultados.

Dentro de esta planeación se tiene que considerar los materiales necesarios, incluso a los niños se les puede hacer partícipes para la elaboración de los mismos.  Para después implementar y evaluar, tanto los aprendizajes que se lograron como la funcionalidad de dicha actividad, valorar los inconvenientes que se presentaron para considerarlos posteriormente.

Utilizar el juego como estrategia de enseñanza-aprendizaje, en cualquier ámbito, requiere de tiempo y de metas muy específicas. Justificar adecuadamente para qué se llevará a cabo dicha actividad nos permitirá tener un control y poder ofrecer resultados óptimos, no es ponerlos a jugar sólo por jugar y divertirse.