A través de los años hemos escuchado sobre el tema de la crianza como algo que se da de manera innata y natural. Si bien, como seres humanos contamos con un instinto, nuestra supervivencia siempre estará vinculada con un “otro” puesto que los humanos nos caracterizamos por ser mamíferos dependientes de una madre que nos brindará sostén, alimento, cobijo, por mencionar algunas de las necesidades que envuelven a ser al momento de nacer. Es una realidad que el recién nacido es un ser sociable, sin embargo necesitara en su desarrollo un referente, alguien que le cuide, que esté disponible para establecer esa relación social mientras se constituye (en su fragilidad) su propio ser que le dará una estructura en su desarrollo cognitivo, emocional y social. Un bebé no puede desarrollarse en un ambiente solitario.

 Es aquí cuando debemos tener en cuenta que la crianza tiene un papel a desarrollar muy importante en los seres humanos a diferencia de otras especies, ya que la crianza no solo se dará desde un punto de vista innato, pues como seres sociales e indefensos en temas tanto físicos, como psicológicos y emocionales vuelve aún más complejo el cómo formar a un ser con herramientas que lo ayudarán a tener un desarrollo saludable, con la contención  y atención adecuadas que traerán como resultado ser socialmente adaptativo así como funcional.

Es un hecho que a lo largo de la historia han existido diversos estilos de crianza, pero de un tiempo acá las cosas han cambiado y se han investigado con más interés y profundidad que tanto el estilo de crianza puede llevar a un individuo el tener un desarrollo saludable y a su vez como respuesta coadyuvante un individuo que socialmente transmita esa esencia misma a su entorno.  Dentro de las investigaciones que se han realizado resalta sobre ellas la conocida “Crianza con apego”, que se ha visto íntimamente relacionada o confundida con la crianza respetuosa o crianza responsable, pero está a diferencia de las demás, cuenta con bases y un respaldo que va vinculado a la teoría del apego que realizo en los años 50´s el psiquiatra – psicoanalista John Bowlby (1989), y hace hincapié en la importancia de los vínculos primarios que el bebé va formando del entorno, principalmente con la madre, padre o cuidadores primarios del mismo. Básicamente nos describe que el apego influirá directamente en la salud mental de un pequeño.

Para que un apego sea adecuado desde su teoría, este debe ser estable, seguro, lleno de amor y contención maternal, acompañado de acciones que generarán un vínculo profundo como caricias, atenciones, hasta sonidos o símbolos de ternura que fortalecerán su desarrollo psicoafectivo.  El mismo expresaba la importancia de estos acontecimientos en la vida del infante como al cuerpo es necesario un suplemento. El amor maternal en la infancia es igual de importante en la salud mental como son las vitaminas y las proteínas en la salud física (Bowlby, 1989).

Otro autor que aporta también una perspectiva sobre este tema es Winnicott (1958) quien señala que el desarrollo está ligado en parte a la herencia, maduración y al cumulo de experiencia que son las cuales podrán alterar la respuesta del pequeño según su entorno, haciendo esto que tenga una respuesta favorable o no; por lo tanto volviendo a lo dicho por Bowlby, si el apego es seguro, la respuesta ante todo lo que le rodea será positiva a diferencia de un apego evasivo, resistente o inseguro, ya que el apego estará vinculado con el individuo para toda su vida.

Ahora bien, partiendo de esta definición podemos comenzar a describir como es o en que consiste la crianza con apego, ya que es un modelo que se enfoca en formar vínculos seguros y fuertes entre madres, padres e hijos; hablamos de una crianza basada en el principio de apego seguro, con la responsiva de que los padres satisfagan las necesidades básicas físicas, emocionales y psicológicas, esta última estableciendo lazos fuertes que brindaran en los pequeños confianza, seguridad, sentido de empatía y expresión de afecto.

Si partimos del principio de que es importante para el individuo conformarse y desarrollarse en un ambiente de contención, amor y afecto, debemos tener presente que este individuo criado con los principios de apego, se convertirá en un adulto seguro, confiado, y sobre todo un individuo que dejara esta misma semilla en su camino, ya que ha aprendido la importancia de encontrarse en un ambiente agradable en salud mental, física y emocional, lo cual por ende se convertirá en una buena semilla para el mundo. 

Referencias:

Bowlby, J. (1989) Una base segura. Aplicaciones clínicas de una teoría de apego. Buenos Aires: Paidós.

Winnicott, D. (1958) Escritos de pediatría y psicoanálisis. Barcelona: Paidós.