El counselling a partir de bárbara okun

 

Por José Landa

Por José Landa

En las últimas décadas, los modelos de asistencia y terapia han evolucionado de forma muy diversa, yendo desde:

   1) Los enfoques psicoanalíticos tradicionales…

Pasando por:

   2) Los enfoques cognitivo-conductuales de segunda generación que según la autora “asumieron perspectivas individualistas de resolución de problemas”, para venir a ser nutridos y revitalizados por las terapias contextuales de tercera generación, y…

   3) Los enfoques sistémicos (focalizados en “interacciones familiares”), así como…

   4) La diversidad de terapias con tendencia al tratamiento breve “orientadas hacia los resultados desde un punto de vista ecológico”.

A partir de lo anterior, en el modelo ecológico “el individuo forma parte del contexto de su familia más cercana, que a su vez forma parte del contexto de sistemas sociales más amplios” (escuela, trabajo y comunidad). Aquéllos, por su parte, integran un “macrosistema de actitudes e ideologías culturales, géneros, razas, clases, etnias, regiones geográficas y otros factores” que se influyen entre sí.

 

PRIMEROS PLANTEAMIENTOS DEL COUNSELLING

 

Desde la perspectiva de Bárbara Okun, “todos podemos aprender habilidades de comunicación más eficaces para aplicar en nuestro entorno personal, social, ocupacional y profesional”.

Una interacción comunicacional clara y bien dirigida se transforma en el pilar fundamental para facilitar dinámicas de apoyo, favoreciendo vínculos humanos más enriquecedores. Además, se plantea que toda persona tiene la capacidad de contribuir al bienestar de otros, ayudándoles a afrontar, comprender o superar desafíos tanto emocionales como situacionales.

Según la misma autora, “cualquier persona puede ayudar a los demás a entender, superar o enfrentarse a problemas externos o internos”.

Actualmente, existe una creciente diversidad de profesionales en el ámbito de los servicios sociales que gestionan expedientes y ofrecen intervenciones terapéuticas, ya sea de forma directa o mediante canales indirectos, atendiendo a una amplia gama de personas en contextos tanto institucionales como privados.

Okun afirma que los trabajadores sociales “llevan casos y proporcionan servicios de terapia de manera directa o indirecta”.

La tabla 1.1, adjunta a esta reseña, resume con precisión el planteamiento de la autora.

 

LO QUE HACE QUE UNA PERSONA QUE AYUDA TENGA ÉXITO

 

A juicio de Bárbara Okun, un buen resultado del tratamiento desde el enfoque del counselling, incluye la diversidad de opciones técnicas, estratificación, análisis y renovación que puede exponerse brevemente del siguiente modo:

 

  1. Está familiarizada con muchos enfoques y estrategias.
  2. Las estrategias “pasan por el filtro de la personalidad única de cada persona: percepciones, actitudes, pensamientos y sentimientos influyen en la interpretación y aplicación de la teoría”.
  3. Es una estrategia básica la relación de confianza entre el ayudador y el ayudado, con habilidades de comunicación para lograr empatía (“comprensión de emociones y sentimientos de otra persona poniéndose en su lugar”).
  4. Comprender las diferentes formas en que cada grupo cultural expresa empatía.
  5. Renovar constantemente conocimientos.

 

 

LOS DOS ESTADIOS DE LA TERAPIA

 

El término terapia, en counselling, se refiere a las formas de ayuda de los profesionales de la ayuda y de los no profesionales.

Terapeuta es lo mismo que “persona que facilita ayuda”, mientras “cliente” es igual a “persona que recibe ayuda”.

La terapia es un arte porque personalidad, valores y comportamientos del asesor son variables y subjetivos.

La terapia es una ciencia porque gran parte de lo que sabemos sobre la conducta humana y estrategias de ayuda se originan en “sistemas de terapia estructurados y medibles”.

 

*Primera etapa: conexión y desarrollo de confianza.

*Segunda etapa: evaluación de problemas (con establecimiento, implementación y valoración de las estrategias del tratamiento, cierre y labor de seguimiento de los resultados y progreso del caso y de dicho tratamiento).

 

 

BASES DEL COUNSELLING

 

La plataforma sobre la cual se construye el tratamiento es la relación personal o interpersonal, dando más importancia a los “procesos de comunicación verbal y no verbal”, que a los contenidos “que se comunican”.

En el proceso de intervención, las técnicas empleadas ocupan un lugar secundario frente a la calidad del vínculo entre profesional y consultante; son las características personales de ambos las que inciden con mayor peso en los resultados obtenidos.

El enfoque se centra en el usuario y busca resolver dificultades específicas, reconociendo que los cambios en la conducta pueden surgir tanto de la introspección sobre emociones, pensamientos y comportamientos propios, como del análisis de los factores contextuales y sistémicos que influyen en sus problemas, y de la decisión consciente de modificarlos.

Se recurre a herramientas cognitivas, emocionales y conductuales, ya sea de forma aislada o combinada, según las necesidades del caso.

En ocasiones, se integran distintos modelos teóricos de intervención, adoptando una postura flexible y no dogmática.

El proceso terapéutico implica la formulación conjunta de metas entre el profesional y el cliente, promoviendo una comprensión profunda de los entornos en los que este se desenvuelve, así como el aprendizaje sobre cuándo y cómo aplicar las estrategias más adecuadas.

Se busca que la persona logre un manejo efectivo y a corto plazo de sus emociones, pensamientos y conductas, abordando las áreas problemáticas desde una perspectiva integral.

El acompañamiento pone énfasis en los aspectos constructivos de la vida del consultante, fomentando su capacidad de asumir responsabilidad sobre sí mismo.

El modelo es flexible, adaptable, permitiendo que cada individuo lo ajuste conforme a sus propias circunstancias y objetivos.

 

 

DIMENSIONES DEL COUNSELLING

COMO “TERAPIA DE LAS RELACIONES PERSONALES”

 

Primera dimensión:

Relación (confianza, empatía, autenticidad). Inicio / entrada. Identificación y delimitación del problema. Acuerdo sobre la estructura o contrato. Exploración a fondo del problema. Definición de metas y objetivos.

Estrategias (trabajo): Acuerdo sobre metas y objetivos. Planificación de estrategias. Evaluación de las estrategias.

Cierre: Lograr objetivos (número de sesiones previsto desde el inicio). Seguimiento de avances (formal o informal). Posibles decisiones: concluir, visita de “refuerzo” o nuevas metas.

Funciones del cierre a partir de Evelyn R. Ward:

        1. “Evaluar si el cliente está preparado para el final”.
        2. “Finalizar la relación de ayuda de manera adecuada”.
        3. “Maximizar la independencia y confianza del cliente”.

Un cierre exitoso permite aplicar habilidades en el futuro.

Seguimiento: revisiones posteriores.

 

Segunda dimensión: habilidades de comunicación, mensajes verbales = contenido cognitivo y afectivo, el terapeuta detecta incongruencias entre verbal y no verbal.

 

Tercera dimensión: valores y temas cognitivos presentes en las dos dimensiones anteriores. Relación con el entorno + ética, práctica profesional y actitudes del terapeuta. Principio central: “no imponer decisiones al cliente”.

 

 

LA RELACIÓN DE AYUDA

 

El counsellor (profesional de apoyo) acompaña a las personas para que puedan afrontar sus dificultades a través de un proceso que implica indagación, comprensión y acción.

Por ejemplo, si un trabajador comenta que no desea seguir bajo la supervisión de cierta persona, el “ayudador”, tras analizar el caso, puede orientarle para que se adapte mejor a ese contexto laboral. Otra posibilidad es que facilite algún ajuste en el ambiente o en la organización, con el fin de beneficiar no solo al empleado sino también al grupo en el que se desenvuelve.

La relación de ayuda debe entenderse como una experiencia compartida de aprendizaje entre counsellor y cliente. Su éxito depende de la capacidad del profesional para que la persona que recibe el apoyo logre: expresar y dar sentido a sus emociones, a su perspectiva del mundo y a su modo de actuar. Reconocer y delimitar el problema con claridad. Y por último, utilizar recursos y estrategias que le permitan profundizar en su autoconocimiento, resolver conflictos y tomar decisiones de manera efectiva.

 

 

LAS RELACIONES DE AYUDA: TIPOS, DINÁMICAS Y ESTRUCTURA BÁSICAS

 

Las relaciones de ayuda se manifiestan en múltiples contextos, desde los más formales hasta los más cotidianos. No todas implican una intervención terapéutica, pero todas comparten un elemento esencial: el encuentro entre dos personas, donde una busca apoyo y la otra lo ofrece, de manera explícita o implícita.

En el ámbito profesional, explica nuestra autora, encontramos vínculos claramente definidos como médico–paciente, terapeuta–cliente o trabajador social–usuario. Estas relaciones se desarrollan dentro de marcos institucionales, con roles establecidos y formación especializada que orienta la intervención.

Sin embargo, también existen formas de ayuda brindadas por personas sin formación técnica formal. Educadores comunitarios, animadores sociales o asistentes en salud mental, por ejemplo, pueden desempeñar funciones de acompañamiento significativas, aunque no estén respaldadas por credenciales académicas específicas. Su labor, aunque menos estructurada, puede tener un impacto profundo en quienes reciben el apoyo.

Por otro lado, hay interacciones donde la ayuda no es el propósito principal, pero puede surgir de manera espontánea. Un recepcionista que escucha con atención, una azafata que calma a un pasajero ansioso, o un voluntario que ofrece compañía: todos ellos participan en relaciones de ayuda informales, donde el vínculo humano cobra protagonismo más allá del servicio prestado.

Estas relaciones, sean profesionales o no, se construyen sobre ingredientes fundamentales: la confianza, la empatía, el respeto, la autenticidad y el compromiso. No aparecen de golpe, sino que se desarrollan progresivamente a medida que el vínculo se fortalece y la persona que busca ayuda se siente comprendida y validada.

Desde una perspectiva estructural, toda relación de ayuda involucra dos figuras: quien ayuda y quien recibe la ayuda. Ambos están inmersos en sus propios contextos personales —con sus valores, creencias, habilidades y necesidades— y se relacionan dentro de un marco que puede incluir políticas institucionales, expectativas mutuas, duración del proceso y modelo de intervención adoptado.

Comprender esta dinámica no solo permite mejorar la calidad del acompañamiento, sino también reconocer que la ayuda no depende exclusivamente de técnicas o credenciales, sino de la capacidad humana de estar presente, escuchar y responder con sensibilidad y ética.

 

 

EL COUNSELLOR COMO UN TRANSFORMADOR

 

Por último, Bárbara Okun resalta que quien se la persona que brinda la ayuda, para que ésta sea más efectiva, no se limita a aplicar técnicas, sino que encarna una actitud profundamente humana hacia los demás.

El counsellor ve en cada persona a alguien capaz, valioso y digno de confianza, y se aproxima con cercanía, respeto y disposición genuina para facilitar el cambio. En su autoimagen se percibe como alguien íntegro, confiable y comprometido con el bienestar del otro. La ayuda que brinda no parte sólo de una observación distante, sino de una implicación empática: se sitúa eventualmente en el lugar del consultante, comprendiendo su perspectiva desde dentro, con sensibilidad y apertura.

Este planteamiento se nutre de los principios fundamentales propuestos por Carl Rogers: respeto profundo, aceptación sin condiciones, autenticidad congruente —es decir, ser sincero, claro y coherente entre lo que se piensa, se siente y se hace—, además de una empatía activa y una capacidad de respuesta concreta, clara y pertinente ante las necesidades del cliente.

A ello se suma lo planteado por el reconocido psicólogo y autor especializado en psicoterapia y orientación, Gerald Corey, el cual destaca la importancia de la autoconciencia: el counsellor reconoce sus propios valores y emociones, está dispuesto a cuestionarse y crecer, y demuestra un interés genuino por el otro.

Asimismo, integra, combina necesariamente la teoría con la práctica desde su experiencia personal, y articula competencias multiculturales con conocimientos técnicos, adaptándose a la diversidad de contextos.

La eficacia en la ayuda, desde la perspectiva del counselling planteado por Okun, se construye a partir de la formación académica, la supervisión profesional y la reflexión sobre la propia experiencia. Es en esa integración —entre saber, hacer y ser— donde se forja la capacidad de acompañar con profundidad, ética y sentido.

De esta manera, el counsellor más eficaz se convierte en una presencia significativa que “ayuda” al otro a reconocerse, reconstruirse y avanzar.

BÁRBARA OKUN

 

Barbara Frank Okun nació en Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos en 1936. Es psicóloga y se especializa en counselling (orientación y ayuda psicológica) y tiene una amplia trayectoria en el ámbito clínico y la psicoterapia. Ha sido profesora titular en la Universidad Northeastern (Boston, Massachusetts), donde dirigió el Doctorado en Consejería Profesional. También se ha desempeñado como profesora en la Escuela de Medicina de Harvard.

Es licenciada en Psicología por la Universidad Wellesley (Boston), con Maestría en Consejería por la Universidad de Michigan y doctorado en Psicología y Consejería Profesional por la Northwestern University (Chicago).

 

 

 

 

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* José Landa es psicólogo, comunicólogo, escritor y editor. Maestro en Psicología Clínica Cognitiva Conductual, licenciado en Psicología y en Ciencias de la Comunicación. Maestrando en Criminalística, Criminología e Investigación Criminal, con estudios de Especialidad en Grafoscopía, Documentoscopía y Lofoscopía, así como psicólogo forense certificado.

Autor de 18 libros publicados en México, España, Guatemala y Canadá, algunos traducidos al francés y portugués. Ganador de numerosos reconocimientos, como el Premio Internacional “Ciudad de Alcalá” (Madrid, 2020), Premio al Mejor Producto de Comunicación (Consejo de Ciencia y Tecnología de Tabasco, 2020), beca del Programa Edmundo Valadés como editor (FONCA, 2014).

Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA), un programa de élite del gobierno federal que patrocina a artistas con amplia trayectoria.   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

NOTA: AL FINAL INCLUYO TRES IMÁGENES ILUSTRATIVAS DEL TEMA

 

 

 

 

 

 

 

 

Diplomado en terapia infantil

Atenta invitación

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