La familia es la base de la sociedad, en donde se aprende valores, costumbres, hábitos que constituye la base del desarrollo individual, estas se componen por la madre, el padre e hijos, sin embargo, en la actualidad la composición de las familias ha ido cambiando, existen familias donde solo hay mamá o papá e hijos, otras se han constituido con personas sin lazos consanguíneos, ya sea por adopción o por elección de establecer una afinidad con personas de familias separadas, esta última, es una composición de parejas con hijos procreados en relaciones anteriores e hijos en común, es por ello que cada vez se vuelve más complejo el trabajo de una familia para establecer un óptimo desarrollo individual, es más extensa la combinación de costumbres, aprendizajes por experiencia y educación.

Con todos los cambios existentes para la formación del sistema familiar, la psicología ha buscado generar profesionales especializados para que puedan atender las diversas problemáticas en diferentes áreas. Un espacio necesario para la intervención es en el ámbito familiar, los especialista encargados son psicólogos clínicos, quienes buscan trabajar con la familia para la resolución de diversas perturbaciones emocionales de alguno de sus integrantes.

Por su parte Luis Llavova y Francisco Javier Méndez tomando aportaciones de Rodríguez del Barrio y Carrasco (2011), señalan que los miembros de la familia cumplen con funciones de “construcción de personas adultas”, fomentan la preparación para la vida, sirven de apoyo en situaciones de crisis personales a lo largo de la vida, esto para garantizar la supervivencia y construir un ambiente de afecto y apoyo. Sin duda el rol de la familia es trascendente y de suma importancia para el ciclo vital de las personas, se podría decir que aquellas personas quienes no se desarrollen en este ámbito, estarían adquiriendo mayor número de conflictos interpersonales que pudieran desencadenar en algunos trastornos psicológicos y su mejora estaría limitada por la falta, exclusión o rechazo de la familia.

El establecimiento de interrelaciones entre los miembros de la familia se considera una característica fundamental de todos los tipos de familia y se delimitan varios niveles: entre pareja, entre los padres y los hijos, entre los hijos o entre los padres/hijos y los abuelos. (Luis Llavona y Francisco Javier Méndez, 2012).

Una de las relaciones que ha sido de amplio estudio y que podría ser considerada como una de las más importantes para la psicología, es la relación de pareja, al repercutir directamente en la relación padres e hijos, ambas relaciones son de relevancia  para su investigación, además, es considerado como relevante el análisis de sus interacciones afectivas, su estilos de comunicación  y/o los estilos educativos. En cuanto a la relación con los abuelos podría tener un mayor significado, cuando estos ocupen el rol de padres, en la actualidad y en muchas familias, los abuelos son los encargados de cuidar a los nietos (as) sustituyendo el rol de los papás, su relación cambia, dejan de ser figuras de apoyo y pasan a ser los encargados de establecer estilos de crianza.

La intervención del psicólogo en la familia surge a partir de un desequilibrio en las relaciones, para ello se proponen diversos modelos de atención, uno de ellos, es propuesto por la Idarmis González Benítez (2012), de la escuela Latinoamericana de Medicina de Cuba, plantea una intervención psicológica ante la ocurrencia de acontecimientos significativos en la vida familiar, esta intervención consta de siete sesiones agrupadas en iniciales, intermedias y finales, es una intervención basada en la prevención, compuesta por tareas dirigidas a educar a la familia en acciones que disminuyan el impacto de los acontecimientos significativos que afectan la salud mental familiar, en conclusiones, se le enseña a la familia caminos a seguir para desarrollar estrategias de afrontamientos saludables.

Sin duda, la función de psicólogo en el ámbito familiar, va siendo cada vez más significativa, el especialista propicia a la familia herramientas necesarias para que logren optimizar su buen progreso en cuanto a su forma de relacionarse,  comunicación y afecto. Empecemos a fomentar una cultura diferente con mayor participación del especialista en salud mental dentro del ámbito familiar.

Referencia:

Llavona, L. y Méndez F. J. (Coords.).(2012). Manual del psicólogo de familia. Recuperado de

http://www.biblioteca.cij.gob.mx/Archivos/Materiales_de_consulta/Drogas_de_Abuso/Articulos/LIBROManualdelPsic%C3%B3logodeFamilia.pdf

González, I. (2012). Propuesta de intervención psicológica en familias ante la ocurrencia de acontecimientos significativos de la vida familiar. Revista @elacm. sld. cu, 7(2), 38.