DISLALIA, ¿DIAGNÓSTICO PARA ADULTO O NIÑO?

DISLALIA, ¿DIAGNÓSTICO PARA ADULTO O NIÑO?

Nancy Tapia

Se denomina dislalia a un problema de articulación del habla que puede presentarse por omisión, sustitución, distorsión o inserción de un fonema durante el lenguaje espontaneo. Jordi Peña Casanova en el “Manual de Logopedia” define dislalia como:

“Denominamos dislalia a los errores en la producción de los fonemas cuando la causa no es orgánica sino funcional, es decir, que el paciente presenta, en este caso, poca habilidad en la pronunciación pero no se aprecia una patología del SNC o periférico, la dislalia se considera un trastorno del desarrollo de la articulación de manera que el niño no ha sabido resolver los aspectos práxicos o discriminativos que intervienen en la normal adquisición del habla.” (Casanova-Peña, 2001, p171).

De acuerdo a sus causas podemos clasificarlas como:

Dislalias evolutivas las cuales se refieren a problemas de articulación que desaparecen conforme el niño va creciendo. Es natural que un niño de tres años pronuncie /pelo/, /peto/ o /pedo/, en lugar de perro, ya que el proceso de adquisición y madurez del fonema /rr/ es hasta los 5 o 6 años. Por lo tanto se entiende que este tipo de errores son de tipo evolutivo.

Dislalias audiogenas se presentan debido a una deficiencia auditiva, el paciente no oye correctamente por lo tanto no articula asertivamente debido a que confunde los fonemas, es decir que no tiene una correcta discriminación auditiva

La dislalia orgánica se caracteriza por una  afectación  el Sistema Nervioso Central (SNC) recibe el nombre de DISARTRIA, (alteración del lenguaje muy común en deficientes motrices). Y si se refiere a anomalías o malformaciones de los órganos del habla (labios, lengua, paladar, etc…) se llama DISGLOSIA.

Finalmente la Dislalia funcional se presenta cuando hay un mal funcionamiento de los órganos articulatorios. El paciente no usa correctamente dichos órganos al articular un fonema sin que exista causa orgánica. Las causas pueden ser: Escasa habilidad motora de los órganos articulatorios, dificultades en la percepción del espacio y el tiempo, falta de comprensión o discriminación auditiva, factores psicológicos, ambientales o hereditarios entre otros.

De acuerdo a los parámetros anteriores es deducible afirmar que el diagnóstico de dislalia corresponde a paciente infantil ya que se encuentra en el proceso de adquisición, desarrollo y aprendizaje del lenguaje el cual requiere de madurez biológica, cognitiva y posiblemente emocional.

La adquisición se refiere a interiorizar las reglas fonológicas, morfosintácticas, semánticas y pragmáticas. El desarrollo hace alusión al conocimiento sistemático. El aprendizaje es acumulativo es decir que en esta etapa el sujeto incrementa vocabulario que casi siempre va de la mano con un bagaje cultural de su lengua materna.

Se considera bilógica porque el proceso de adquisición de los fonemas se encuentra estrechamente ligado a la madurez de la anatomía y función del sistema fonoarticulatorio y estomatognatico, de tal suerte que las fases alimentarias ayudan al proceso de adquisición de los fonemas porque ejercitan  y fortalecen  la musculatura orofacial. Tiene lógica que los primeros fonemas consonánticos que pronuncia un bebé sean los bilabiales ya que son los labios los que más intervienen en el proceso de la lactancia.

Así a medida que el bebé crece y sus necesidades alimenticias cambian va creciendo en un sistema jerárquico su capacidad para emitir los 18 fonemas consonánticos del español. Lo más importante es que este sistema no es aplicable solo a los hablantes del español, este sistema puede y debe ser medible para todos los hablantes de todas las lenguas del mundo.

Es cognitiva porque el acto del habla exige del sujeto la atención suficiente para focalizar el movimiento articulatorio del adulto que posteriormente imitará, requiere de  memoria cinestésica, auditiva, audio verbal, entre otras para almacenar la información y recuperar puntos de articulación, conceptos y conocimientos interiorizados. Finalmente el razonamiento externado por medio del habla será un reflejo directo de la madurez de los procesos anteriores.

A pesar de lo expuesto anteriormente es muy común recibir diagnósticos de dislalia en pacientes adultos. Un adulto (14 años) no puede presentar dislalia porque ya pasó todo el proceso de adquisición, desarrollo y aprendizaje, de su lengua materna.

Cuando un adulto presenta problemas articulatorios es obligatorio tomar en cuanta sus antecedentes los cuales casi siempre son de origen neurológico lo que llamaremos disartrias.

En conclusión, las dislalias pueden tener diferentes tipos y accidentes, es necesario conocer el proceso de adquisición, desarrollo y aprendizaje del lenguaje para poder detectarlas, por lo tanto es obligatorio tomar en cuenta los aspectos biológicos, sociales y culturales del sujeto para determinar si su marco articulatorio es debido a un contexto social o patológico.

Y destacar que este diagnóstico hace referencia a un paciente infantil y no adulto por los procesos que subyacen y que ya se expusieron anteriormente.

BIBLIOGRAFÍA

Peña-Casanova, J. (2001). Manual de Logopedia. España: Elsevier Masson

Juarez Sanchez, A. (2012). Los Niños Disfásicos, Descripción Tratamiento. España: CEPE

Monfort, M. (2012). El niño que habla. Madrid: CEPE

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